¿El cambio climático es maldición o gloria?

Los científicos trabajan activamente para entender el clima pasado y futuro mediante observaciones y modelos teóricos. El clima es un promedio a una escala de tiempo dado. Las investigaciones hechas por algunos científicos apuntan a que la razón principal del aumento de temperatura en el Planeta es debido al proceso de industrialización iniciado hace siglo y medio y, en particular a la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo, gasolina y carbón, la tala de árboles y algunos métodos de explotación agrícola, pero se olvidan de que la Tierra pasó por climas mucho más cálidos y terribles en su largo transcurrir.

Con la aparición de la vida en la Tierra se sumó como agente incidente el total de organismos vivos, la biosfera. Inicialmente, los organismos autótrofos por fotosíntesis o quimiosíntesis capturaron gran parte del abundante CO2 de la atmósfera primitiva, a la vez que empezaba a acumularse oxígeno (A partir del proceso abiótico de la fotólisis del agua). La aparición de la fotosíntesis oxigénica, que realizan las cianobacterias y sus descendientes, los plastos, dio lugar a una presencia más o menos masiva de oxígeno (O2) como la que caracteriza la atmósfera actual, y aún mayor en el pasado, hasta 50% del total del aire.

Y hay algo importante, situaciones peores que debemos observar detenidamente y que son más preocupantes. De la misma manera que el viento solar puede afectar al clima directamente, las variaciones en el campo magnético terrestre pueden dañarlo de manera indirecta ya que, según su estado, detiene o no las partículas emitidas por el Sol. Se ha comprobado que en épocas pasadas hubo inversiones de polaridad y grandes variaciones en su intensidad, llegando a estar casi anulado en algunos momentos. Así, la Tierra pasó antes por cambios terribles que liquidaron muchas especies y, sin embargo, hoy estamos aquí.

Una hipótesis dice que el ser humano podría haberse convertido en uno de los agentes climáticos decisivos, aunque no se explica de manera racional su rol específico, divagando en conclusiones apresuradas. No obstante, quisiéramos, pero no estamos en las condiciones lúcidas de matar a nuestro planeta, a lo sumo lo reduciríamos a unos cuantos millones de sobrevivientes para beneficio de la vida en general aunque en una escala menor. Solamente un planeta mayor que choque con nosotros, algo casi imposible físicamente, nos reduciría a la nada. Y la influencia del ser humano no es considerable en una escala cósmica, aunque este ente se crea definidor del futuro, ni siquiera puede entenderse en sus miedos atávicos en su jolgorio de destrucción propia, de atentado contra su propia existencia, de subsistencia criminal en un limbo ilógico y antinatural. El cambio climático no es maldición ni gloria, es un orden natural determinado que sucede cada cierto tiempo geológico, no lo podemos evitar, simplemente debemos adaptarnos a su curso.