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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Escuchar al pueblo - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Estamos próximos a los alegatos sobre la demanda marítima, en la Corte Internacional de Justicia, de La Haya, Holanda, nuestra población se encuentra dividida, por la arrogancia de las autoridades de Gobierno, que no quieren escuchar sus demandas, se hace una necesidad de unificar al pueblo boliviano.
El ciudadano común observa las confrontaciones de las autoridades gubernamentales, con muchas organizaciones sociales, sindicales, cívicas, políticas, por falta de una comunicación adecuada, por no conversar con sinceridad y aceptar las opiniones de la sociedad civil. Al no ser escuchados por las autoridades gubernamentales, sus opiniones, sus demandas, la población civil está tomando acciones, marchas, huelgas, protestas, contra las decisiones unilaterales. Antes, los actuales gobernantes lucharon contra gobiernos dictatoriales, ahora se están convirtiendo en autoritarios, afectando la vida democrática.
Los candidatos para llegar al poder político, siempre ofrecieron, indicando que van a gobernar escuchando al pueblo, cuando llegan al palacio, se olvidan de sus ofertas democráticas, se vuelven arrogantes, verticalistas, ellos, se consideran la única verdad.
Esta soberbia gubernamental viene de la herencia pasada, actitudes, valores negativos de la familia, porque las personas tenemos la necesidad de escuchar a nuestro prójimo, sus pensamientos, opiniones, ideas, comprender su manifestación personal, sus problemas, sus intereses, necesidades, emociones, sentimientos, frustraciones, fracasos, éxitos, triunfos. Los que escuchamos, también queremos ser escuchados, que comprendan la realidad en la que vivimos, todas las personas tenemos virtudes y defectos, escuchar a un determinado grupo, es muy parcializado, discriminando al resto de la gente.
Todas las personas tenemos una cultura monolingüe, autoritaria, egocéntrica, que se repite por mucho tiempo, en la actualidad no es fácil superar estos prejuicios sociales, que no permite ver la realidad social diversa, esto se refleja en las autoridades del Gobierno Central, gobernaciones y municipios.
En la familia, generalmente el que habla es el marido, el resto debe escuchar, obedecer las órdenes, se manifiesta el comportamiento machista, que no deja participar a la mujer, considerada sexo débil, se infunde temor. A veces el esposo está muy distraído, cansado, para escuchar lo que le habla su esposa, no le da importancia cuando le hablan sus hijos, parece insignificante, pero este pequeño detalle se convierte en una gran bomba de tiempo, nace la violencia, delincuencia, drogadicción, de pronto se convierten en autoridades con estos defectos. Como no han aprendido a escuchar, en la familia, escuela, universidad, se vuelven autoritarios, en cualquier partido político, que aspira ser gobernante y se genera los mayores conflictos sociales.
La mujer no puede hacer reuniones familiares, de amigos, sin la venia del marido, esto se va repitiendo en miles de personas, no aceptando los sentimientos de la mujer, ocasionando que sean personas dóciles, temerosas y manipulables. Muy pocas personas hemos aprendido a escuchar, generalmente nos gusta que nos escuchen y no escuchar, estamos nerviosamente tensionados, es necesario relajarnos, muchas personas tienen bonitas teorías, pero no han aprendido a escuchar, ser receptivo para triunfar.
El egoísmo, la falta de conciencia, provoca no escuchar, crea prejuicios, arrogancia, orgullo, miedo, tenemos que superar estas actitudes negativas a través de muchos ejercicios psicológicos y físicos. Nuestra mente está acondicionada, manipulada mecánicamente, artificialmente, no existe flexibilidad, no es tolerante para escuchar y dar una respuesta fraternal. Cada persona tiene su propio criterio, nuestras mentes están muy rígidas ocasionando problemas, conflictos, de nada sirve tanto conocimiento, cultura, sino sabemos escuchar.
Para la solución de los conflictos sociales, es necesario darle valor a la mujer, escuchar sus sentimientos, pensamientos, escuchar los intereses, ideas, opiniones de los hijos, por ahí empieza a disminuir, los conflictos bélicos. Tener cuidado en las respuestas, que se pueda dar a su compañera, a sus hijos, porque las palabras buenas pueden establecer amabilidad, familiaridad de convivencia y con las palabras bruscas puede ocasionar un infierno en la familia.
Escuchar es sinónimo de afecto, cariño, amor, conversando con sinceridad, con la esposa, con los hijos, estamos viendo que la convivencia fraterna de la sociedad, está en las relaciones fraternas de la familia. Las personas deben estar atentas a escuchar y responder lentamente, pensando bien para no equivocarse y convirtiendo en una convivencia armónica de la comunidad.
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