Atentados criminales

No existe otro vocablo que atentado para referirse a los hechos suscitados los días 10 y 13 de febrero con fatales desenlaces. Cuando se utiliza el término atentado, se hace referencia a aquellos fenómenos generados por una alta violencia y que en la totalidad de los casos son voluntarios y planeados con antelación, para llamar la atención y mostrar cierto tipo de postura ante determinado fenómeno. Puede ser provocado por un individuo de manera aislada o por una organización terrorista, en cuyo caso se puede tener repercusiones políticas y sociales. Entonces, un atentado es un acto criminal contra una nación, autoridad o contra cualquier bien material o persona, con la clara misión de alterar el orden vigente.

Los atentados tienen normalmente el objetivo de llamar la atención, demostrar poder o establecer posturas o puntos de vista sobre ciertas situaciones. Para hacerlo, los que perpetran el acto de violencia recurren a modos altamente llamativos de acción que pueden basarse en la violencia más viral y pueden afectar de manera directa a amplios grupos de la población. Los atentados nunca son accidentales sino que siempre tienen un objetivo y una direccionalidad, aunque esta pueda estar más o menos explícita y además cuentan con una planificación especialmente pensada para causar daño.

Generalmente los atentados se destinan contra blancos en los que se sabe a priori que los daños serán altísimos, para este objetivo, se organiza determinado número de personas en organizaciones terroristas que los planifican y apuntan a lugares en los que se concentran muchas personas, como centros comerciales, campos deportivos, acontecimientos sociales y lugares de la ciudad concurridos durante el día, como fue el caso de las Torres Gemelas en el World Trade Center de Nueva York, cuna de las actividades económicas y bursátiles, donde se conocía que circulaba mucha gente durante todo el día.

Debido a la conflictividad de las sociedades actuales, en las que la violencia es una cuestión de todos los días, los atentados son comunes cuando entran en disputa facciones opuestas en todo sentido. Tal es el caso de las guerras y conflictos de diverso estilo que se dan entre Occidente y Oriente, y han sido las causas generadoras de los más violentos y virulentos atentados de la historia. Atentados contra importantes personalidades políticas o de otros ámbitos. Los atentados no sólo son contra ciudades, lugares públicos, también ha sido muy común a lo largo de la historia el atentado contra importantes funcionarios y mandatarios, acto criminal que se conoce también como magnicidio. El atentado contra una persona destacada de la política, por ejemplo, aunque también se han ejecutado estas acciones contra líderes religiosos como el Papa, tienen normalmente motivaciones ideológicas o políticas y el objetivo no es otro que el de provocar una tremenda crisis, cisma, en el estado de cosas, para que de este modo, quien perpetra el ataque pueda concretar sus planes más fácilmente en un contexto dominado por la confusión. Debemos destacar que cualquiera sea el objetivo del atentado, una organización, una persona, un país, entre otros, las penas para estos actos criminales son muy duras y no prescriben, por tratarse de crímenes de lesa humanidad, acción que se contrapone totalmente a un principio que se cree recto.

Atentado es el término que se puede utilizar en los acontecimientos suscitados los días sábado 10 de febrero (Entrada de Carnaval) y el martes 13 (Cha´lla o convite a la madre Tierra) que cobraron 12 vidas y 59 heridos. Actos vandálicos y delincuenciales que alteraron el normal desarrollo de vidas humanas. En la primera explosión, (Sábado 10 de febrero) -que se dice fue ocasionado por aceite caliente derramado sobre la manguera de una garrafa que provocó estallido de esta-, perdieron la vida 8 personas, integrantes de una familia que se dedicaba a la venta de comida para ganarse el sustento diario y quedaron heridas otras que se encontraban circunstancialmente por ese lugar. Se pudieron ver cuadros desgarradores de personas con cuerpos mutilados y cercenados a consecuencia de la potencia de la explosión. Lo extraño es la cantidad de muertos y heridos, estos últimos con severos traumas en los miembros superiores e inferiores y sobre todo jóvenes con laceraciones en los ojos, los que en su mayoría perdieron uno de ellos. 8 personas muertas (4 menores), 51 heridos, 23 en estado delicado, de éstos 15 críticos y 5 que perdieron la vista de un ojo, producto de este desenlace trágico.

El martes 13, a menos de 72 horas, a 100 metros y aproximadamente el mismo horario, una segunda explosión cobró la vida 4 personas -entre ellos un niño de tres años-, y nueve heridos, un niño de 10 años en estado crítico. Nuevamente otra familia fue afectada, esta vez de cuatro miembros, (El niño de tres falleció, el de 10 está en la clínica de La Paz -en estado delicado, el padre perdió una extremidad inferior y la madre con serias quemaduras en su cuerpo). Según la Policía Nacional esta explosión fue de mayor magnitud que la primera porque se hubiese utilizado anfo y 3 kilos de dinamita. Algo que llamó la atención fue el mal uso que se hizo de las redes sociales y la irresponsable información que circulaba por ellas, colocando en estado de psicosis y nerviosismo a la población respecto a los últimos acontecimientos.

En tres días se registraron 2 explosiones que cobraron 12 vidas y 59 personas heridas, situación que preocupa por la extensión de las explosiones y las características de cada una de ellas, razón por la cual es necesario su esclarecimiento a cabalidad, con el propósito de conocer: el tipo de explosivos utilizados, autores y personas comprometidas, razones que obligaron a cometer este tamaño de hechos que afectaron la vida de varias familias y muchos con daños irreversibles. Si bien el Estado cubrió la totalidad de gastos de los heridos, y el Gobierno Municipal en el caso de los fallecidos, es necesario prever y tomar las precauciones necesarias colocando cámaras de seguridad en calles adyacentes a la ruta del Carnaval, brindando mayor seguridad y comodidad a las comerciantes.

(*) Es ingeniero