Nuestro presidente acaba de hacer un gesto que a nadie se le había ocurrido: viajó a Sudáfrica para representar en el mundial de fútbol a los países que habían sido eliminados.
Fue el único presidente de un país eliminado que estuvo en la ceremonia. Los restantes 174 países eliminados, en cambio, optaron por no enviar a sus presidentes.
Era necesario ese gesto de cortesía. Había que decir a las 32 delegaciones que llegaron al certamen que los eliminados, los ausentes, no estamos resentidos y les deseamos suerte. Fue el embajador de los pataduras del mundo.
Es una lástima que el presidente no haya podido dar la mano a Nelson Mandela y tomarse la foto que tanto desea. Sólo pudo saludar a su amigo Maradona.
Los cinco pasajes de primera, de ida y vuelta, más los gastos de hotel y alimentación, habrán costado unos 100.000 dólares, pero estuvieron bien gastados. Más pitos y flautas, como se suele decir, la factura habrá llegado a los 150.000.
Claro que hubiera sido mejor compartir esos gastos con los otros países eliminados. Quizá en Brasil, dentro de cuatro años, si todavía está en el cargo nuestro presidente, pida una “vaquita” a los otros eliminados.
Por el momento, le doy el parte informativo.
Los que no pudimos ir a Sudáfrica, señor presidente, y no tenemos Tv por cable, no pudimos ver el mundial. Esperábamos que usted dejara alguna orden para que los piojosos podamos ver los partidos, pero no. Sospechamos que no hizo nada porque quiere que, con este nuevo motivo, odiemos más al capitalismo. Y lo hemos odiado, le aseguro. En cambio, el alcalde del Valle de Concepción en Tarija, ordenó que el canal 9 difunda por canal abierto el mundial. Habría que suspenderlo.
En lo general, le digo que la tensión no disminuye cuando usted está ausente, como podían suponer algunos malos analistas.
En la región de Uncía los ayllus siguieron rechazando las leyes y las instituciones del Estado boliviano. Es una especie de separatismo, pero no se preocupe porque se da en la región del país donde el separatismo es permitido.
Sus colaboradores, señor presidente, están descubriendo que los únicos culpables de la matanza de Sacasaca fueron los cuatro policías muertos.
Las mafias de la droga siguieron produciendo hechos de sangre.
Pero lo bueno para usted, señor presidente, es que en su ausencia fueron aprobadas leyes esenciales para el país, con detalles que le encantarán.
Quizá la noticia más triste sea que su equipo de comunicación, señor presidente, está desmantelado. Sus componentes están dedicados a otras cosas, desde criar gallos de riña hasta practicar periodismo -algunos de ellos por primera vez-. Eso podría ayudar a que los matutinos de propiedad de su gobierno mejoren un poco.
Ah, y hubo una corrida bancaria, pero de poca monta y afectó sólo a la economía formal.
Patria o muerte, etc.
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