Recientes decisiones de nuestras autoridades nos muestran un panorama distinto al que prevalecía -por lo menos- hasta el último cambio político en el que sobresalían marcados intereses partidarios y personales.
Fue tan notorio el hecho que hasta los últimos días de vigencia de las pasadas autoridades todavía era común escuchar aclaraciones y conminatorias en el sentido más estricto de cuidar “las espaldas” de los políticos que dejaban una serie de trabajos inconclusos que por supuesto a poquísimos días de su cambio se van conociendo con fuerza y aclarando en la medida en que salen de un encierro obligado en el que hay muchos cómplices que están en la disyuntiva de cambiar, para no lastimar la conciencia ciudadana.
Como nada puede permanecer oculto para siempre, resulta que ahora, por las necesidades propias de imponer un nuevo esquema de trabajo, las autoridades en funciones están removiendo las “cajitas negras” tanto de la prefectura como de la Alcaldía…y lo que se encuentra es desagradable.
Lo que más existe son cuentas por pagar, lo que menos hay son fondos para cubrir tales obligaciones. Por otra parte afloran compromisos partidarios que incomodan a los nuevos administradores que por supuesto no cumplirán con las consignas de sostener a ciertas personas en ciertos puestos claves.
Hay que rearmar, readecuar todo el aparato administrativo departamental para encarar un nuevo proceso en el que se afirme ese “Compromiso por Oruro” que han expresado tanto el Gobernador como la Alcaldesa como premisa de servicio a la comunidad local.
Por supuesto que hay mucho por hacer, nada es fácil, especialmente después de prolongadas gestiones en las que los intereses políticos fueron prioridad para servicios interpersonales, es decir autoridades y sus más próximos colaboradores, muchos que ahora deberán demostrar capacidad de trabajo para permanecer en las planillas del aparato público.
Si hay algo que satisface a la ciudadanía son las medidas iniciales tanto de la alcaldesa como del gobernador, cuando deciden encarar un trabajo conjunto en busca de mejorar las condiciones de vida de los orureños, es decir coordinando proyectos para salvar las deficiencias anteriores que limitaron la atención a barrios y provincias.
Hay aspectos muy concretos que deben ser tomados en cuenta para hacer efectiva esa intención de servicio conjunto a los ciudadanos orureños Si de la alcaldía se trata lo prioritario es que su principal autoridad ejecutiva cumpla su propuesta de comenzar la atención de la periferia y llegar al centro, no a la inversa. Si es la gobernación que debe trabajar su prioridad debe ser la consolidación de los macroproyectos regionales, de manera que el desarrollo sostenible se marque de adentro hacia fuera, como corresponde a una adecuada planificación.
Si ambas autoridades y el resto de funcionarios asumen esa responsabilidad con seguridad que los planes se concretarán en beneficios colectivos que por su efecto social mostrarán una nueva forma de trabajo que haga posible avanzar en la proyección de mejorar el modo de vida de los orureños.
Hay un compromiso por Oruro, eso significa que las posiciones partidarias serán minimizadas para dar valor al proyecto de servicio colectivo, es decir un trabajo de autoridades para todos, sin exclusiones y sin privilegios.
Fuente: LA PATRIA
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