Viernes 16 de febrero de 2018
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El máximo organismo de los trabajadores, la Central Obrera Boliviana (COB), está atravesando por uno de sus momentos más crÃticos, influenciada por una corriente polÃtica que se maneja desde altos niveles del Gobierno y se complementa con la presión de algunos segmentos que ya lograron sus tajadas en la torta de la estructura oficialista, formando parte de la Asamblea Legislativa y en algunos casos incluso presidiendo las bancadas del partido gobernante.
Los observadores señalan que la otrora poderosa COB, regida por estatutos que respondÃan a tesis ideológicas con marcado sello izquierdista y aprobadas en sendos congresos de abierto debate sindical e ideológicos, pero sin ningún compromiso con partidos de esa lÃnea polÃtica, han llegado a la fecha a una situación en la que prevalecen los compromisos partidarios a cambio de dádivas y apoyos a polÃticos de turno en el Palacio de Gobierno.
De los muchos dirigentes de la COB, insobornables en su lÃnea ideológica y sus decisiones sindicales, una mayorÃa fallecidos, solo quedan ejemplos de entereza y valor ante la adversidad y las constantes acciones para romper la hegemonÃa del sindicalismo boliviano. Los dirigentes de la COB (la más dura) no cedieron en ninguna circunstancia ni ante las amenazas directas de los gobiernos golpistas o los neoliberales demócratas. Se recuerda un solo caso, que fue dura experiencia para el sindicalismo, cuando un militar golpista de izquierda tomó el Gobierno y convocó a los dirigentes laborales para organizar la "Asamblea del Pueblo" una instancia de co-gobierno que duró tan poco como otros golpes de estado y es que ese tránsito por el gobierno mostró a los lÃderes sindicales, que las alianzas "ocasionales" manejadas por seudo ideólogos que buscan controlar la fuerza del sindicalismo, no avanzan en tanto la organización laboral mantenga su lÃnea de independencia partidista y de libertad ideológica, en defensa de los derechos laborales.
Fuente: LA PATRIA