Costumbres dañinas

Las redes sociales se han convertido en espacios para expresar desde cariño hasta protesta, para recordar con nostalgia el pasado o mirar con esperanza al futuro, es en este contexto que analizando las añoranzas de algunas personas nos damos cuenta de lo dañinas que pudieron ser algunas costumbres y tradiciones, por lo que tuvieron que ser cambiadas.

Un ejemplo es el Carnaval, muchas personas comparten en las redes sociales fotos de cuando se jugaba con agua, globos, bombas o chisguetes, baldes y palanganas servían para divertirse mojando al contrincante, que por lo general era de otro barrio.

El uso de pieles, plumas, caparazones y otras partes de animales fue prohibido porque muchos de ellos estaban en vías de extinción por la caza indiscriminada y la muerte que se les daba por conseguir estos preciados "accesorios" para los diferentes trajes del Carnaval.

Saliéndonos un poco de las tradiciones de los carnavales, también se utilizaban aerosoles, los vehículos eran contaminantes, se gastaba el agua sin temor a que se acabe, se explotaban recursos naturales no renovables como si fueran a existir para siempre, y así, los humanos fuimos adoptando costumbres nocivas para nuestro planeta pero nunca nos percatamos de ello hasta que comenzó a escasear el agua, cuando nos dimos cuenta de lo dañinas que podrían ser algunas acciones que antes se consideraban normales.

Es así que comenzaron las prohibiciones que mucha gente reprocha, pero si no se hacían efectivas las mismas quizás hubiésemos acabado con la vida en este planeta muchos años antes, por lo que es necesario que nos hagamos eco de las acciones destinadas a la protección de la Tierra y empecemos a obedecer ciertas normas de la ecología para evitar un mayor deterioro de nuestro gran hábitat.

Es difícil, nadie dijo que fuera sencillo, pero si no comenzamos un día jamás lograremos paliar el débil equilibrio en la naturaleza, que nos amenaza con fenómenos que luego estamos lamentando, como cuando se talan los bosques y le quitamos a los terrenos empinados toda capacidad de sostén y obviamente el resultado serán los deslizamientos que tanto nos hacen sufrir por las pérdidas que llegan de su mano.

Sin ir lejos, en Cochabamba se padeció hace poco un deslizamiento de barro y piedras que quitaron su hogar a algunas personas, pusieron en evidencia este hecho. Cuando no sufrimos por los fenómenos naturales olvidamos que debemos asumir acciones contundentes para evitar que aquellos nos hagan llorar después, así que con la mano al pecho que cada quien se ponga en campaña y aporte su granito de arena ahorrando agua, cuidando el ecosistema, reciclando u otras acciones destinadas a la protección de nuestro planeta.

Fuente: LA PATRIA