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Jueves 15 de febrero de 2018

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Suplemento Policial

Crónica del suceso que aterrorizó Oruro

Confusión, incredulidad, miedo y llanto, así se vivió la explosión

15 feb 2018

Fuente: LA PATRIA

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"¡Mier�, otra vez ha explotado algo!", fue uno de los tantos gritos que se escucharon durante el ocaso del martes 13 de febrero, cuando nuevamente Oruro vivió un hecho atroz que atemorizó a la población y segó la vida de cuatro personas más, sumando 12 en total con la anterior explosión suscitada el sábado 10 de febrero.

A pesar de la explosión ocurrida el sábado aproximadamente a las 18:20 horas, en Oruro las actividades carnavaleras continuaron con relativa tranquilidad; es cierto que la mayor parte de la población estaba aún acongojada y extrañada por lo sucedido en la esquina de la avenida del Ejército y Backovic, donde murieron 8 personas y 40 resultaron heridas por una explosión, aparentemente según el informe oficial de la Policía, de una garrafa.

Así fue que el Martes de Ch´alla, la gente continuó con sus actividades propias de esta temporada y de esta fecha en cuestión. Muchos compraron serpentinas, mixtura, flores, banderines, cohetillos y la infaltable cerveza, para ch´allar sus casas, negocios, instituciones, etc., pidiendo a la Pachamama fortuna y éxito en el futuro venidero.

Y así transcurrió la mayor parte de la jornada; por toda la ciudad se oían petardos y cohetillos estallar, mientras algunos consumían bebidas alcohólicas. La noche estaba por llegar, al igual que la desgracia a la tierra orureña.

A pesar de ser feriado, en la avenida 6 de Agosto y la calle Caro, había bastante movimiento de gente, porque ahí se establecieron comerciantes y por tanto existían compradores; además los propietarios de graderías estaban en plena faena desarmando estas estructuras.

En este escenario, fue que el reloj marcó las 18:58 horas y de repente un fuerte ruido irrumpió la tranquilidad del crepúsculo en Oruro. En la esquina de la Backovic y Caro, se vio una llama de fuego surgir de la nada, junto con una enorme nube de humo, mientras que se oía un estruendo ensordecedor de la explosión.

Durante unos cinco segundos, que parecieron una eternidad, parecía que todo se había silenciado, tal como se ve en las películas "hollywoodenses". Pero después, como si alguien hubiese oprimido algún botón de volumen, el silencio se rompió con los gritos desesperados de todos quienes estaban en el lugar o cerca.

Una avalancha humana salió "disparada" hacia la avenida 6 de Agosto, seguida por los coches que estaban pasando por el sitio o se encontraba parqueados ahí. Fue casi un milagro que ningún peatón salga herido por atropello. Todo era confusión y miedo.

Entre la humareda siguieron saliendo los últimos vehículos y las personas que estaban en el lugar. Luego, otra avalancha de gente, pero esta vez no huyendo, sino corriendo para ver que sucedió; con celular en mano, todos iban presurosos a sacar fotos y videos para después exhibirlos en las redes sociales.

Mientras, traumados quizás por la primera explosión, varios comerciantes rompían en llanto y pedían explicaciones hacia el cielo, por lo ocurrido. Algunos de ellos, más cautos desarmaron sus puestos en cuestión de minutos y abandonaron la zona.

Pasaron cinco minutos, pero la gente aún estaba confundida, no creían posible que nuevamente y a tan solo una cuadra del anterior siniestro, otra vez se haya suscitado una explosión.

Inmediatamente fueron llegando las ambulancias y las patrullas. Las primeras, una de Bomberos y la otra de la Caja de Caminos, salieron "volando" con algunos de los heridos para su rápida atención. Luego una camioneta de la Policía se llevó dos cuerpos tapados con frazadas.

El miedo se apoderó del lugar, porque no se sabía el origen de la explosión; se hablaba de un atentado con dinamita o granada, una fuga de gas en la red de gas domiciliario (que después fue descartado). Para evitar más "sorpresas" y bajas, se acordonó rápidamente el área, incluso se pidió a dueños de casa evacuar la zona.

Varias familias tomaron sus abrigos y algunos implementos necesarios y dejaron sus hogares a la espera de que la situación pueda mejorar. Algunos, los más cercanos al punto del estallido, tuvieron que aguardar hasta ayer por la mañana para volver.

La confusión y psicosis que siguieron a la explosión, hicieron que se especule sobre nuevos estallidos, atentados terroristas que incluían la presencia de extranjeros, y hasta situaciones propias de una película pos apocalíptica, como la idea de que 50 personas andaban armadas y con explosivos causando terror en la ciudad.

Al aproximarse el fin del día martes, la situación se tranquilizó, aunque persiste el miedo puesto que poco se sabe hasta ahora sobre los detalles de este siniestro, que una vez más, enlutó a Oruro.

Fuente: LA PATRIA
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