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Domingo 11 de febrero de 2018

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Revista Dominical

Turismo religioso:

"Con certeza, este lugar sí existe"

11 feb 2018

Por: Ramiro Martín Luján Chávez - Economista

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Esta podría ser otra forma alternativa de "comercializar" el Carnaval de Oruro y no debería sorprendernos el mezclar la religiosidad con la posibilidad de obtener rédito económico. Sin embargo, no parece que lo estemos haciendo en forma coherente o, al menos, actuamos pretendiendo encontrar incongruencias que no son tales desde el punto de vista de la ciencia económica. Por ejemplo, que una empresa de bebidas alcohólicas patrocine una fiesta religiosa no debería ser motivo de preocupación, la ciencia económica aconsejaría aceptar el patrocinio económico e imponer castigos severos para las personas que ocasionen faltas al orden y a la moral en estado de ebriedad ganando, en el trascurso, por dos flancos y logrando mayores visitantes a nuestra festividad.

El turismo religioso es considerado como la forma más antigua de turismo. Los viajes a los sitios religiosos en el pasado obviamente no tenían la connotación actual y eran guiados por la misma motivación: la fe. En la actualidad, el turismo religioso ha ganado un rol mayor alrededor del mundo. Es cierto que parte de este interés está basado en los incrementos de ingreso de la población en general y en el cambio tecnológico relacionado con la promoción de la actividad. Por otro lado, el turismo religioso también está creciendo especialmente en relación directa con la sed de conocimiento de la gente y por tratar de comprender las religiones de otras personas y sus creencias.

Probablemente a primera vista resulte extraña la asociación entre turismo y religión. Al mismo tiempo, también parecerá extraño el hecho de que los peregrinos sean vistos como turistas desde una perspectiva económica ya que los turistas son caracterizados como personas que promueven la idolatría, el ocio, la inmoralidad y el alcohol lo que estaría en contra de la religión. Adicionalmente, el peligro del turismo de masas es percibido como similar a la pérdida de santidad en forma general, pues los lugares sagrados se cree que están destinados a aquellos elegidos que realizan sacrificios y privaciones para ser vistos como quienes merecen tener acceso a esos lugares pero, y aquí tenemos otra fuente de discordia, que no cuentan con los suficientes recursos materiales para hacerlos atractivos desde el punto de vista económico. Sin embargo, al margen de los motivos del turismo religioso, el simple hecho de que los visitantes necesitan alimentación, hospedaje y desplazamiento, los convierte en pertenecientes al área del turismo.

Por otro lado, los turistas que no están motivados por la fe principalmente, aquellos que visitan ciertos lugares sólo por curiosidad, pueden terminar descubriendo nuevos significados de vida, acumular energías positivas y aun encontrar el camino hacia comportamientos que desconocían y que están ligados a la fe y lo sagrado. Los turistas que visitan lugares religiosos terminan sintiendo un compromiso con la historia y geografía de los lugares visitados, así como con su cultura y creencias religiosas hasta transformarlos de turistas en peregrinos. No es raro, entonces, observar turistas encendiendo velas y meditando por algunos instantes en algunos casos, o inclinando la cabeza y haciendo sonar campanas en otros. Así, sin la intención de unificar los diferentes tipos de turismo, podemos decir que al mostrar cierta comprensión, respeto y comportamiento, cada persona que llega a un lugar sagrado, puede ser considerado como un turista religioso.

La promoción del turismo religioso debe tomar en cuenta los siguientes puntos:

a) Proteger la integridad de los espacios religiosos y respetar su significado. Es bien sabido que el turismo tiene impactos positivos y negativos. Debido a que el turismo religioso tiene que ver con la visita a sitios patrimoniales, el riesgo de deterioro de los mismos es alto. Esta es la razón por la cual se debe ejercer un control permanente de los flujos de visitantes aun si ello significa cerrar temporalmente los sitios de visita para preservarlos de daños o influencias externas. Con relación al significado religioso de los destinos turísticos, se deberá hacer conocer acerca de algunos comportamientos éticos y de conducta absolutamente necesarios para el turismo en general pero especialmente importantes para el de tipo religioso. El respeto por los símbolos religiosos para los adeptos y no adeptos de estar siempre presente. Unos pocos puntos de referencia pueden ser los siguientes: respetar algunas direcciones externas e internas (programas, prohibiciones de filmar y fotografiar, acceso a diferentes áreas, etc.), pagar los precios apropiados (siguiendo escalas según la edad y condición de las personas, etc.), no perturbar la paz, donar sumas de dinero (especialmente en aquellos lugares que no cobran por entrada, etc.), no interferir con las procesiones evitando el libre desplazamiento de los peregrinos, etc.

b) Asegurar beneficios para la comunidad local y ofrecer a sus miembros prioridad en el acceso a los destinos religiosos. Una determinada actividad religiosa no puede funcionar por sí misma y tarde o temprano, en una proporción grande o pequeña, necesitará el apoyo de la comunidad local. Esta es la razón por la cual debe existir tal apoyo de ambas partes generando múltiples beneficios. Asegurar la prioridad en el acceso a los lugares religiosos a la comunidad local, resulta un objetivo difícil de cumplir especialmente cuando se trata de sitios turísticos muy valiosos. Por supuesto, no existe este problema allá donde ocurren ceremonias privadas. Por otro lado, limitar el acceso puede generar muchedumbres y filas que deberán ser tratadas de variadas formas.

c) Proporcionar una relación entre los diferentes tipos de turistas asegurando que no surjan conflictos entre ellos. Los turistas religiosos motivados exclusivamente por la religión o la fe, pueden considerar o suponer que tienen prioridad y primacía en el acceso a los sitios religiosos o en la participación en los actos relacionados en comparación a los otros turistas. En forma adicional, podrían sentirse ofendidos por ciertos comportamientos de las otras categorías de turistas. Es bastante complicado manejar tales conflictos y donde fuera posible, se deberá contratar personal especializado para evitar situaciones críticas.

Para un turista religioso, la elección de un destino estará relacionado más con el significado del lugar, la cultura y los sacrificios que debe realizar para alcanzar un objetivo y un sueño que sería el de visitar un sitio determinado. El turismo religioso debe apoyar el respeto de las tradiciones y costumbres locales además de proteger el medio ambiente. La peregrinación debe ser vista como una forma de servicio entre diferentes comunidades religiosas, mientras que el turismo religioso-cultural significa apertura al conocimiento, paz, evolución y respeto hacia el diferente. Todas las personas deberán estar conectadas al mismo nivel de espiritualidad y el turismo religioso tiene la oportunidad de promocionar la comprensión y tolerancia a través de expresiones de diferente característica.

Mucha gente viaja a una gran variedad de sitios sagrados no sólo por motivos religiosos o espirituales o para tener una experiencia con lo sagrado en el sentido tradicional, sino también debido a que estos sitios han sido vendidos como atracciones culturales y patrimoniales que deben ser consumidas. Los turistas religiosos pueden estar guiados por un interés educativo, por un deseo de aprender más acerca de la historia de un sitio en particular o por comprender una religión o creencia, su cultura y fe, en lugar de estar motivado solamente por la búsqueda de placer u ocio. Los turistas que pertenecen a una religión o creencia pueden visitar un sitio por motivos de fe, por razones de nostalgia o para educar y hacer conocer a sus familiares acerca de sus creencias y experiencias.

Las motivaciones y actividades desarrolladas por los viajeros tienen poco que ver con que si una persona es percibida como turista religioso o no. Los turistas no son personas buscadoras de placer únicamente; tal estereotipo es una generalización bastante peligrosa y errónea. La consideración superficial de que los turistas viajan solamente por placer está siendo puesta en duda y ahora se supone que existen muchas razones que pueden ser bastante complejas para tratar de explicar por qué las personas eligen viajar. En palabras sencillas, un turista es alguien que viaja temporalmente fuera de casa a otra región. Hablamos de tipos de turistas en lugar de determinar si una motivación para viajar es más importante que otra para definir a un turista. Desde esta perspectiva, entonces, un peregrino es un turista (un turista religioso) motivado por factores espirituales y religiosos.

No tenemos que elegir entre atraer a un tipo de turista en lugar de otro, sino que podemos pensar en políticas integrales para atraer todo tipo de turistas con diferentes características que sean capaces de comprender las diferencias entre culturas y sean atraídos por estas particularidades propias de cada destino turístico. Si bien los servicios ofrecidos variaran de acuerdo a la composición social y económica de los turistas, probablemente de lo que se trata es de priorizar algunos sectores por encima de otros para atraer cierto tipo de turistas.

Nota importante: El presente artículo constituye un esbozo de la propuesta inicial presentada como parte del estudio denominado "Evaluación Socioeconómica del Flujo de Visitantes al Carnaval de Oruro Gestión 2017"

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