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Domingo 11 de febrero de 2018

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Revista Dominical

Ciencia real en el Carnaval de Oruro

11 feb 2018

Encanto de la manifestación folklórica más grande del mundo ? Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Poeta - escritor

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ANTECEDENTES.-

Dios creador, liminar etéreo del espacio sideral y el genio maligno subyacente terrenal de origen destructor, cuya conjunción de oposiciones dan origen a la civilización, viva realidad prístina de muestras culturales ancestrales; Siendo que el dualismo es absolutamente patente a la Cosmovisión Andina hombre-mujer, quienes son parte indisoluble y partícipes natos del Carnaval.

Así, el conocimiento cierto de las cosas, por una parte, por sus principios y por otra por sus causas, es "La ciencia en sí"; es decir, cuerpo de una serie de doctrinas metódicamente formadas y ordenadas, constituyendo un ramo particular del conocimiento humano.

EL MITO

De un mundo antiguo e imaginario, surgen míticas deidades formadas de una diversidad de entornos, fusionándose unas con las otras, figuras con colores claro-oscuros de brillantes ritos dorados practicando con diversidad de ofrendas disponibles para la gente desde antaño; formando figuras líticas en dunas esculpidas por el paso del tiempo y pulidas por el viento. Son nada más y nada menos las que adornan el paisaje árido de esta planicie, son el crisol de culturas inhiestas que se añaden al "Majestuoso Carnaval", de este campanario; son el sapo, el cóndor, la víbora, el lagarto y las hormigas, dispuestas en los cuatro puntos cardinales de la villa? Esperando está en el lóbrego y oscuro inframundo el "Tío de la Mina", portando parte de la Th´inka, consistente en cigarrillos, confites, alcohol, mixtura y serpentina; todo envuelto en un pañuelo blanco que posteriormente utilizará el minero, en su danza de preferencia. Es creyente del Tío, compartiendo y dando lugar a la Ch´alla, portando a la vez para la ceremonia cohetillos, k´hoa y sahumerios; acompañan en este ritual las bebidas espirituosas.

Es parte indisoluble del conjunto de festejos del Carnaval, entrelazándose entre lo mítico y lo místico, a devoción de la Virgen Candelaria, formando un sincretismo pagano-religioso, traducido en un sistema filosófico, por una parte y religioso por otra, conciliando dos doctrinas abismalmente diferentes.

SÁBADO, DÍA DE PEREGRINACI?N

Las luminarias se encienden, estilizadas de dorados matices envolviendo en derredor todo el ambiente, formadas por multifacéticas tramas, en multitudinarias visiones; agolpadas cual paneles laterales, profusamente arraigados y asombrados por el espectacular y magnífico "Antruejo del Ande", son también especie de deidades teogónicas, formando un panorama subyacente, divinidades hechas como espíritus protectores de la Madre Tierra, que se nutren con ofrendas, aventando con aromas de humo hacia las alturas, cuyo emblema general denominado iconografía lítica, es viva expresión en momentos religiosos de talla ancestral.

Pues, de la naturaleza indómita y rebelde de características frígidas y áridas, surge consecuentemente la energía, a manera de baile o danza que fluye una y otra vez en contagiosos arpegios. De fondo cual carácter mítico, volviendo a surgir del paraíso idílico, formando un rayo cíclico del Imponente Carnaval, muestra al mundo entero, la prolijidad de la naturaleza indómita con ágiles pasos al son de la música. Reúne dentro de sí, fuerzas celestiales lumínicas, colmadas con trazos cromáticos, mientras misteriosos desfiladeros forman parte de invisibles figuras fantasmales, imágenes y figuras yuxtapuestas, formando atrios y farallones hechizados de vivaz lumbre de puro y genuino antruejo.

Esta festividad es de los Andes, es la demostración de danzas, revelando un cúmulo de máscaras con todo detalle, formando espectaculares tramas embellecidas de una simbiosis cultural del pasado con el presente. Así, flujos y reflujos atávicos que, a manera de magia y trucos superpuestos, interactúan formando círculos concéntricos de noble rango. Siendo interminables momentos espectaculares para el espectador; es jerarquía cosmogónica y telúrica, colmadas ambas de un sinfín de reminiscencias culturales y figuras decorativas con una serie de facetas simbolizando puro hechizo hecho realidad.

El Carnaval surge de la luz tenue del ayer, a los rayos brillantes y cromáticos de hoy, con detonantes sones melódicos de una profunda catarsis de eterno retorno. Por otra parte, como poseídos por un don enigmático, delineando cuasi concepciones subliminales, elementos astrales componen todo el entorno; es brioso sincretismo de máscaras contra máscaras; espuelas contra espuelas, en obras entrelazadas de arte, cultura y magia. Trucos adornados de místicos misterios, reflejan preludios contra hegemónicos.

Desde ya diversidad de facetas e interpretaciones diversas fluyen, cuya simbolización renombran al Carnaval de Oruro; fusionando varias culturas en una sola? "Que representa esta festividad". Pues la cosmogonía andina se expresa en danzas que da inicio a la peregrinación rumbo a los pies de la Virgen del Socavón, ícono eminentemente representativo.

En la adorada planicie, arpegios colmados del colorido de banderilletas multicolores claramente esculpidas por los cobrizos rayos del sol exhibiendo glamorosa iluminación. Muy a menudo, enjambres de coloridas y vistosas mariposas surgen de una mágica crisálida, formada en multitudinarias tramas disfrazadas de luminosas y atractivas e invisibles hadas, convertidas mediante trucos, portando cetros y bandas en figuras de predilectas; centro de atención de y hacia los Conjuntos Folklóricos; estos son los ingredientes del espectáculo más conocido como la "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad".

El Carnaval enriquece, enorgullece y satisface a los miles de espectadores, envolviendo a su paso múltiples valores vernaculares propios de la región del Altiplano Andino; siendo parte principal como orgullo creativo de la sensibilidad humana. Es el arte moldeado en joyas de plata, bañadas con luminosos adornos de magia ancestral. Es donde nacen fulgurantes rayos misteriosos, produciendo destellantes efectos con formas eclécticas, unas distintas de otras; todas conjuncionadas con una maravillosa policromía abundante y dispersa; a la vez de acuerdo al laborioso bordado de los disfraces de cada conjunto folklórico, adornando magníficas y míticas figuras estampadas con diversidad de lentejuelas prolijamente adornadas al disfraz, con perladas tramas formando el riquísimo colorido, otorgando cuál si fueran una diversidad de pulidas gotas en diamantina fundida.

Danzas y rituales mítico-religiosos desde el culto de los astros estelares y deidades del submundo, a la Majestuosa Imagen de la Virgen del Socavón, icono representativo del Carnaval.

TRIBUTO A LA VIRGEN DEL SOCAV?N

Como la historia está colmada de reminiscencias del pasado, también al mismo tiempo, la cosmogonía andina expresa viva realidad prístina de nuevas realidades, que perdurarán por siempre, alimentando la fe y devoción hacia la Virgen de la Candelaria, con adornos que se tributan a la imagen de la divinidad, adornando con valiosas joyas, flores y rosas.

Toda esta maravillosa muestra folklórica es un acto creativo de interminables segmentos del tiempo, no cesa en presentar su atávica cosmogonía dorada de encanto desde lo más profundo de incandescente fuego que toca el espíritu inserto en un atril del corazón. Candela que otorga brío y pujanza en multifacéticas perlas creadas por invisibles laboreros de alquimia. Experiencia nunca vista antes y no repetida jamás, pues mientras la policromía de disfraces, danzas y versátil música, compuesta de versos reflejada en poesía vernacular; es todo espectacular y de donde el entorno da rienda suelta al entusiasmo, admirando mientras el universo en sí?, se paraliza.

El Carnaval en esta parte del Orbe, Oruro reúne "miles de lujosas y preciosas alhajas representadas que, al brillar bajo los intermitentes rayos del sol, desparraman dulces y resonantes arpegios, haciendo vibrar todo el entorno del recorrido.

Por último, esta festividad adquiere brillo y esplendor adoptando arquitectos y mitos latentes al interior del simbolismo andino; mostrando a la vez, la cosmovisión estructural subyacente.

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