Cada vez son más las familias que sufren el tipo de violencia que parte desde los hijos hacia los padres y que la mayorÃa no son denunciados por vergüenza, por seguir protegiendo a los hijos, por pensar que la agresión es propio de la edad del hijo o que simplemente que es una reacción casual y que va a pasar.
Sin embargo, cada vez en la calle o en cualquier espacio público podemos observar que este mal cada vez se apodera de la población y lo más preocupante desde edades muy tempranas.
Antes podÃamos ver berrinches por un dulce, una pataleta por un capricho o un lloriqueo. Pero hoy en dÃa, observamos ese berrinche pero que además va acompañado de agresión, como ser patadas, golpes, pellizcos, empujones, insultos, y demás. Y si nos detenemos a observar a los adolescentes y jóvenes, la situación es similar o peor, muchas veces ya no solo en espacios públicos, sino que el adolescente o joven por lo general actúa en el ámbito familiar, es decir dentro de su propia vivienda alcanzando situaciones de gravedad en cuanto a la salud de los padres e incluso homicidios, mismos que son estudiados dentro el ámbito de la psicologÃa forense.
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