El emblemático símbolo e ícono de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el Cristo Redentor, fue construido gracias al aporte de los paceños, por un escultor cochabambino.
Las Damas cruceñas que residían en la ciudad de La Paz y Monseñor Luis Rodríguez Pardo, hacia fines de la década de los años cincuenta, ante la proximidad de la celebración de los 400 años de fundación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, decidieron recaudar fondos para erigir una estatua de Cristo e inaugurarla como parte de los festejos de aniversario. Entre de los actos de celebración, estaba también el IV Congreso Eucarístico Nacional de 1961, para cuyo efecto se planificó la estatua en cuestión.
Los paceños aportaron. Y aportaron bien. Se llegó a recaudar 45 millones de la moneda de entonces, (aunque algunos datos de la época mencionan que la estatua costó 42 millones). Una vez logrado el objetivo del proceso de recaudación, se llamó a un concurso nacional, que lo ganó el caricaturista y escultor Emiliano Luján, cochabambino que residía en La Paz.
Así, el Cristo se construyó en bronce. Constaba de tres partes que había que ensamblar: Los miembros inferiores, el tórax y la cabeza. Así y todo, su transporte presentaba algunas dificultades dada la magnitud y peso del monumento. Erwin Gasser aportó a la solución. Proporcionó maquinaria traída desde el ingenio "La Bélgica". No hay detalle si fueron tractores, camiones, trailers o remolques, el hecho es que la estatua llegó de La Paz a Santa Cruz y planteó el problema de su instalación, que no fue fácil. Tomó cuatro largos días colocarlo en su lugar. Primero se fijó la parte inferior con grandes tornillos en la base de concreto y posteriormente se procedió a soldar el tórax. Por el cuello, todavía abierto, se procedió a vaciar cemento dentro de la estatua y después se soldó la cabeza al cuerpo.
Durante la preparación del Congreso Eucarístico, se acuñó el lema "Todos somos uno en Cristo", como aludiendo al origen del ícono cruceño. En la inauguración de lo que después sería el símbolo de esta ciudad, estuvieron presentes autoridades nacionales, locales, el Presidente de la República don Víctor Paz Estenssoro y el Cardenal Cushing, prelado de Boston, Massachusetts, USA, que celebró la misa en inglés.
El ícono cruceño mide 7,5 metros, y permanece allí donde lo pusieron, vigilante y sereno. Conservando las distancias comparativas, a diferencia de la estatua de la Libertad estadounidense que fue una donación del pueblo francés, el Cristo Redentor no es una donación. Es el producto de fe de las tres ciudades más importantes del país. Y por eso, nunca más apropiado el lema "Todos somos uno en Cristo".
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