Colorido, música y tradición son parte de la celebración de la Anata Andina

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La festividad de la Anata Andina es una celebración única en la que se relaciona de manera recíproca la Pachamama (Madre Tierra) con las divinidades supremas de la cosmovisión andina, en la que las personas del área rural vestidas con sus mejores galas, llenas de alegría, bailan y cantan al ritmo de la música, agradeciendo a la madre tierra por la producción agrícola.

La Anata Andina es una entrada sin precedentes admirada por propios y extraños, que es disfrutada en la capital folklórica desde 1993, coincidentemente con el jueves de comadres.

Esta es una actividad que fue fundada por Irineo Zuna, en ese entonces, ejecutivo de la Federación Sindical �nica de Trabajadores Campesinos de Oruro (Fsutco), Héctor Veliz, el entonces secretario general de esta organización, Severo Nina, y muchos otros impulsores más.

De acuerdo al libro Anata Andino, escrito por Hugo Canchari, Max e Irineo Zuna, esta tradición se origina en la existencia del espacio y tiempo de la totalidad, es realizada en las naciones originarias de los andes y en las comunidades del Abya Yala.

Esta festividad como parte de la época de Jallupacha (época de lluvia), es fijada de acuerdo al calendario lunisolar y agrícola de la cosmovisión andina, tomando como punto de referencia al sol para determinar las fechas y teniendo algunas variaciones de días.

Durante esta fecha, son interpretados con gran destreza los instrumentos del pinkillu, la tarqa, el musiñu y otros más de acuerdo a cada región, entre las tonadas que demuestran la alegría y la característica de cada zona está la tarqueada, pinkillada, tarqueada Anata, qhonqhota, ayaguaya y la moseñada.

Entorno a esta entrada que se ha convertido con los años como una actividad tradicional, muchos autores han escrito, tal es el caso de Zenobio Calizaya en su libro "Ahora Historia y Cultura del Departamento de Oruro", donde discrepa un poco con los autores antes mencionados, al indicar que este no era un rito de tributo a la Pachamama o Madre Tierra, sino más bien era una tributación a quienes ejercían el Gobierno del Estado (Incas o españoles), por lo que los indígenas engalanados con sus mejores trajes llegaban con cánticos hasta la casa de los curas durante la colonia, quienes bendecían las bondades de la tierra.

De una u otra forma esta costumbre ha permanecido a través de los años y ha trascendido por su riqueza y cultura.

La entrada de la Anata Andina que hoy recorre las principales calles de la ciudad de Oruro, en un comienzo contaba con una participación mayoritaria de personas adultas o abuelos, ya que tanto hijos como nietos aún se encontraban en la transición de comprender la profundidad de esta manifestación cultural, pero con los años la presencia de la juventud y la niñez ha aumentado considerablemente, llegando a contar con una participación aproximada de 12 mil danzarines que llegan de las diferentes comunidades de las 16 provincias del departamento de Oruro, incluso ahora cuenta con algunas delegaciones de otros departamentos y otros países, diseminándose más esta riqueza propia reflejada en su máxima expresión en Oruro.

Fuente: LA PATRIA