Lunes 14 de junio de 2010
ver hoy
Es posible que en el último tiempo se haya registrado una disminución en el porcentaje del contrabando que ingresa a nuestro país desde diferentes fronteras y bajo variados y sofisticados sistemas que utilizan los comerciantes ilegales para introducir lo que quieren y en cantidades para sostener los grandes mercados del comercio ilegal e informal.
De manera permanente se han implementado “grandes campañas” para combatir el contrabando, eso ha sucedido en todos los regímenes y en todos los gobiernos, como una forma de mostrar interés en bajar de algún modo el fuerte impacto de la mercadería de contrabando en la suerte del comercio y la industria legalmente establecidas.
El problema del contrabando que está al margen de lo legal adquiere una connotación social cuando se explica la presencia de miles de ciudadanos en esa actividad como una forma de compensar la falta de empleos y al mismo tiempo como la forma de vivir cómodamente con ganancias que produce el comercio de la enorme y variada mercadería de contrabando.
Se han institucionalizado “ferias comerciales”, negocios exclusivamente habilitados para vender contrabando con un precio de ganga si se toma en cuenta que algunos artículos como los suntuarios, por ejemplo, o los de línea blanca llegan a costar en las “ferias” menos que en los puntos de origen. Este fenómeno se debe a la cantidad de las inversiones que efectúan comerciantes locales, agrupados en verdaderos “consorcios capitalistas” que pueden comprar al por mayor, llenando gigantes containers y distribuyéndose luego la mercadería en proporción a los aportes de capital efectuado. Es un negocio conocido del que saben las autoridades aduaneras y su policía de control, sin embargo difícil de liquidarlo.
Fuente: LA PATRIA