El país confronta problemas

Lo que está sucediendo en gran parte del país en los últimos días, es realmente preocupante, pues se trata de fenómenos naturales que por su fuerza y su intempestiva llegada en la mayoría de los casos, han sorprendido a todas las autoridades y castigado severamente a miles de bolivianos.

Son cambios que se están produciendo en gran parte del mundo, como efecto del calentamiento global, aunque por las características del tiempo reinante, lluvias, nevadas y tormentas, se trata de un enfriamiento generalizado que ya ocasionó muchas víctimas fatales.

Atender estos casos implica un movimiento responsable del equipo gubernamental pues deben ser varios ministros sino todos que dispongan programas para conjurar la complicada situación en que se encuentran miles de personas, muchas que han perdido sus bienes, familias en las que ha habido víctimas fatales y una mayoría de la población esperando que sean superadas las deficiencias propias de la falta de previsión en las ciudades.

La llegada del periodo carnavalero promueve otro estado de ánimo, no precisamente general, por las condiciones climáticas, pero de todos modos bajando la tensión que durante esa celebración, facilitará un desarme conciencial y una apertura al diálogo que ojalá se concrete con entusiasmo en la segunda quincena de este mes.

Lo que todavía la gente se pregunta, es por qué se tardó tanto tiempo en "escuchar al soberano", aún en la condición especial en que el Mandatario, repitió y repite que gobernará "escuchando al pueblo", se espera que la conflictividad no recrudezca, pues todavía hay problemas no resueltos, el caso de la COB, la denuncia de alteración jurídica en ciertos documentos que salieron a la luz pública y que deben merecer atención especial, para que no se encienda la mecha del movimiento social.

Por las características de los fenómenos naturales, algo que se observa muy claramente es la demostración solidaria de bolivianos con los hermanos que sufren las contingencia de inundaciones, y que obliga a dejar en segundo plano los problemas políticos o los que implican participaciones protocolares o de cierta demostración de fuerzas, cuando todo el vigor nacional debe estar concentrado en ayudar a las familias que soportaron las inclemencias de un tiempo aciago.

Días más, días menos, en lo que representa el avance del tiempo y la esperanza de que disminuya la intensidad de lluvias, que bajen las aguas, que se movilicen equipos, maquinaria y voluntad generalizada para enfrentar la adversidad de un periodo que "pescó" a nuestras autoridades, enfrascadas en otros menesteres, antes que en la elaboración de programas de previsión, ante una época de lluvias que por supuesto salieron de la regularidad, de ahí que en muchas parte del país, el agua nos ganó de mano y ahora hay que trabajar en retirarla.

Algunos observadores señalan que "no se puede fomentar el carnaval político", es tiempo de que en los frentes del oficialismo y de la oposición se asuma seriamente la responsabilidad de buscar condiciones apropiadas para convivir en armonía, confraternidad, respeto a los derechos y a la democracia. El otro carnaval pasará en cuestión de pocos días.

Fuente: LA PATRIA