Lo que está ocurriendo en el último tiempo en nuestro país, proceso de cambio climático, la llegada de La Niña y los fenómenos conexos arrojan como resultado una serie de desastres causados por inundaciones en varias regiones, con muchas pérdidas de bienes materiales, con víctimas entre los ciudadanos y con la declaratoria de desastres naturales y alerta permanente en algunos distritos para evitar mayores daños a la colectividad.
No hay duda de que vivimos una serie de cambios climáticos, que no solo se producen en el país, sino que con diferentes efectos, y grandes transformaciones se presentan en este mismo periodo en varias partes del mundo. Allí donde antes no había nevada, se presentó tal fenómeno paralizando la actividad total de países, destruyendo puentes y causando desaparecidos, incluso se confirmó que por vez primera nevó en el desierto del Sahara, realmente un cambio climático inesperado y de graves consecuencias.
En nuestro país, las intensas lluvias de los últimos días, han causado verdaderos desastres, pues en varios casos no se habían consignado medidas preventivas al desconocerse la fuerza del cambio y sus inmediatas consecuencias. Inundaciones con destrucción de viviendas, para muchas familias la pérdida total de su patrimonio, muebles y enseres, y una posición ciudadana de conformismo ante el embate de la naturaleza.
Quizá como manifiestan algunos entendidos lo que faltó fue una adecuada información oportuna sobre la inminencia del cambio climático, aspecto que parece también descuidado en los niveles técnicos especializados, en los que a más de establecer pronósticos del tiempo no se conocían las condiciones y fuerza por ejemplo de las lluvias, el tiempo de su llegada y su duración, que como no sucedió en años anteriores, en el último pasado y en los primeros días del actual fueron realmente de mayor intensidad y sus daños se observan ahora en el desastre que confrontan una enorme cantidad de ciudadanos mayormente de escasos recursos.
Evidentemente hay que reconocer que la inestabilidad ambiental, sorprendió en varios lugares del planeta donde el cambio de temperaturas, alteró de manera increíble las posibilidades de prevención, aunque por supuesto más allá de nuestras fronteras se disponen de algunos elementos más técnicos que pueden ser utilizados para conjurar las emergencias.
El problema es latente, las condiciones climáticas por lo que se sabe persistirán en algunas zonas, mejorarán en otras, pero de manera general habrá que convenir en la urgencia de exigir a organismos especializados, como Defensa Civil la preparación de programas de contingencia que sean aplicados en la medida que se vayan presentando las dificultades y ojalá en ciertas circunstancias se puedan anticipar algunos planes al conocer pronósticos de clima y las alteraciones que puedan producirse, pero con controlarse con cierta anticipación.
En el caso específico de nuestro distrito, los fenómenos naturales tienen diverso efecto en la naturaleza, el caso de las lluvias son favorables para algunas zonas donde la sequía hizo estragos, es más esperada la caída natural de agua para llenas los lagos Uru Uru y Poopó que estaban propiamente secos.
El problema se presenta en la ciudad en la que no hay medidas de prevención especialmente en los barrios marginales que son los más castigados por las intensas lluvias, calles anegadas incluyendo parte del centro donde el sistema de alcantarillado colapsó. Las medidas son urgentes y más allá del cumplimiento de obligaciones "protocolares", lo importante es que se dispongan soluciones en zonas periurbanas, ante la inminencia de más lluvias.
Fuente: LA PATRIA
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