La casa de GarcÃa Márquez, una peregrinación a su recuerdo
28 ene 2018
Fuente: Aracataca (Colombia), 27 (EFE)
Por: Jaime Ortega Carrascal
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En Aracataca está omnipresente su hijo ilustre, el nobel Gabriel GarcÃa Márquez, cuya Casa Museo es punto de peregrinación de amantes de su obra y de las nuevas generaciones que crecen a la sombra de sus historias.
Recorrer la Casa Museo es dejarse llevar por las reminiscencias de su obra, en especial de "Cien años de soledad" y de sus memorias en "Vivir para contarla".
El visitante accede por el Corredor de las Begonias y a partir de allà se encuentra con las diferentes estancias, como el Cuarto de los Abuelos, la Sala de Recibo, el Taller de PlaterÃa, la Sala de Visitas, la Cocina y su Despensa, el Comedor, el Cuarto de Sara Emilia, el Cuarto de Hospital, la Oficina del Abuelo y el Cuarto de los Trastos.
En mitad del corredor está el Cuarto de Gabo Niño, una habitación sencilla, decorada con imágenes religiosas que parecen custodiar desde las paredes una cuna y una cama metálicas.
Fue en ese lugar donde, según la descripción de la habitación, "se grabaron las primeras sensaciones y emociones de su infancia: el afecto de su abuela, los olores de la casa, las voces de los seres queridos que lo rodeaban".
"Nosotros decimos que el único compromiso es que quieran y que lean a GarcÃa Márquez; la gente entra y queda encantada", afirma. Según sus datos, en 2016 la Casa Museo recibió cerca de 23.000 visitantes y el año pasado fueron casi 25.000. Entre los extranjeros, los visitantes más numerosos son los argentinos, seguidos de los mexicanos, españoles y chilenos.
"Es una buena cifra porque nos falta promoción de las entidades de turismo nacional", añade.
La imagen de Gabo y su obra están por todo el pueblo en murales y comercios, como el de un joven que en frente de la Casa Museo instaló una mesa con un mantel blanco decorado con mariposas amarillas y el nombre Macondo.
Sin embargo, a Aracataca, distante unos 100 kilómetros de Santa Marta, la capital regional, le faltan infraestructuras para el turismo pues no cuenta con un hotel apropiado y los restaurantes son escasos.
"Lo que pasa es que la gente a veces es fregada. Las generaciones anteriores, las más cercanas a GarcÃa Márquez, siempre lo vieron como con rivalidad, no le reconocÃan", afirma.
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