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Viernes 26 de enero de 2018

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

Dependemos de exportar nuestras materias primas

26 ene 2018

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Y no hay vuelta a la hoja, por lo menos mientras no se definan políticas de alto rendimiento en la minería para llegar a su industrialización y tener similar o mejores condiciones para transformar nuestros hidrocarburos y el gas que exportamos. Si a estos nuestros productos no les añadimos valor agregado, su comercialización externa, seguirá siendo deficitaria a nuestros intereses.

Está igualmente claro que esa dependencia de nuestro sistema de exportación de materias primas, seguirá siendo problema en tanto los precios internacionales sean los indicadores ineludibles para vender nuestro gas y minerales, hasta que se haga realidad ese factor imperioso de diversificar nuestra economía a través de la industrialización de nuestras materias primas.

El gran salto está en concretar ese ideal, hacerlo práctico a través de políticas definidas que sean establecidas en función de las necesidades propias del país y de sus condiciones para exportar nuestras materias primas con valor agregado, sean hidrocarburos (gas) o minerales, de modo que se recuperen mejores precios para convertir esa materia prima procesada en material base para la instalación de industrias que utilicen nuestros propios metales en industrias de diversificación técnica, que provean de un surtido de materiales, por ejemplo al sector de la construcción, en la que se utilizan muchos artefactos que ahora importamos de países vecinos u otros de ultramar.

Nuestros lingotes de estaño, plomo y plata, más adelante ojalá de zinc, tendrá un destino primario en alimentar nuestras industrias y solo exportar los remanentes con precios competitivos, eso significará, con toda evidencia, ingresar en una nueva cadena productiva que significará más fuentes de empleo, seguridad económica, pero también eliminar paulatinamente nuestra dependencia de las potencias industriales que hacen y deshacen en materia de precios y cupos.

La idea da vueltas en muchas cabezas de nuestros gobernantes, también es de interés de emprendedores renovadores que buscan nuevas opciones para establecer negocios productivos alternativos que utilicen nuestra materia prima procesada en nuestras fundiciones y transformada en artículos de variado uso para múltiples requerimientos, especialmente en la línea de ferretería.

Sin embargo de tener muy clara la idea, no todo puede desarrollarse como por arte de magia, tomando en cuenta que la "varita" para los encantamientos, está en poder de una jerarquía que pierde el tiempo en minucias, mientras la competencia que crece y crece en los países vecinos, nos reduce las posibilidades de lograr mercados para vender, posiblemente lo primero que fabriquemos con la producción de baterías de ion litio, utilizando nuestra materia prima del salar.

Los entendidos y algunos interesados en el proceso tienen marcada esperanza en que en tiempo breve, el estaño fundido en nuestra metalúrgica se convierta en insumo de otra línea de usos, desde la soldadura y artefactos eléctricos, repuestos de equipos variados, instrumental clínico y una vasta línea de envases, herramientas y otros con lo que se ampliará el horizonte de empleo seguro y el crecimiento de la industria, percibiendo beneficios directos que ahora aprovechan nuestros compradores de materias primas.

El tema es "fascinante", el interés creciente, pero lastimosamente no hay políticas definidas para dar el salto hacia la industrialización de nuestras materias primas, las decisiones tardan demasiado y las condiciones no son las más apropiadas por falta de políticas estructurales y mucha voluntad política, valga la redundancia.

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