¿Qué utilidad tiene para la Policía el respeto de los derechos humanos?
20 ene 2018
Claudio Z. Espinoza Luna
En realidad, el respeto de los derechos humanos por los servidores públicos policiales de hacer cumplir la ley aumenta su eficacia; cuando se respetan de forma sistemática los derechos humanos, los funcionarios policiales trabajan con profesionalidad en sus métodos de solución y prevención de la delincuencia y mantenimiento del orden público. En este sentido, el respeto de los derechos humanos por la policía es, además de un imperativo moral, legal y ético, una necesidad práctica para la aplicación de la ley.
Cuando la población observa que la policía respeta, promueve y defiende los derechos humanos: la confianza de la sociedad aumenta y se fomenta la cooperación de la comunidad; la acción de la justicia da buenos resultados; los servidores públicos policiales son considerados parte de la comunidad y encargados de una valiosa función social; aumenta la administración imparcial de justicia y por tanto la confianza en el sistema
Por otra parte se da ejemplo a otras personas de la sociedad en el respeto de la ley; los funcionarios policiales pueden estar más cerca de la comunidad y por tanto en condiciones de impedir y resolver delitos mediante una labor policial proactiva; se consigue el apoyo de los medios, de la comunidad internacional y de las autoridades superiores; y se contribuye a la solución pacífica de conflictos y denuncias.
Un servicio policial eficaz, es el que actúa como primera línea de defensa en la protección de los derechos humanos. Sus miembros desempeñan su labor sin recurrir al miedo y al poder sin más, sino apoyándose en el respeto de la ley, en el honor y en la profesionalidad.
Cuando el servidor público policial encargado de hacer cumplir la ley se convierte en el infractor de la ley, el resultado es un ataque a la dignidad humana, a la propia ley y a todas las instituciones de la autoridad pública.
Los efectos de las violaciones de los derechos humanos por la policía son múltiples: erosionan la confianza del público; obstaculizan la labor eficaz de la justicia; aíslan a la policía de la comunidad; hacen que los culpables queden libres y los inocentes sean castigados; niegan justicia a la víctima del delito por su sufrimiento; obligan a los organismos policiales a ser reactivos más que preventivos en su planteamiento de la delincuencia; menguan la reputación de los policías y las instituciones de la autoridad pública; y agravan el desorden público.
Es importante reconocer que existen limitaciones aceptadas a escala internacional, al ejercicio de muchos derechos humanos, cuyo fin es garantizar las exigencias del mantenimiento del orden público en una sociedad democrática.
Esas limitaciones, cuando existen, se especifican en los textos de los distintos tratados de derechos humanos. En general, esas limitaciones y restricciones están determinadas por la ley y son necesarias; para garantizar el respeto de los derechos y libertades de los demás, para satisfacer las exigencias de la moralidad, el orden público y el bienestar general en una sociedad democrática. Así pues, es deber de todo ciudadano respetar los derechos de los demás y observar las exigencias legítimas y necesarias del mantenimiento del orden público en una sociedad democrática.
Cnl. Desp. - Docente Unipol
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