Definir el diálogo social es una tarea que no puede quedar desvinculada del pensamiento acerca del tipo de sociedad sobre la que se está construyendo. Quizás por esta razón son muchas las dificultades con las que se han encontrado los analistas cuando han querido dotar de precisión a un concepto que por su naturaleza se les vuelve escurridizo y, dada su amplitud y frágiles fronteras, muchas veces impreciso.
El diálogo social es la comunicación constante que debe existir entre el pueblo o soberano -que es la comunidad agrupada en organizaciones y sectores sociales, trabajadores artesanos profesionales, estudiantes, para encontrar una convivencia pacÃfica en sociedad respetando la diversidad de pensamientos polÃticos, credos religiosos y la libre expresión de opiniones e ideas como ejercicio pleno de la democracia. En tanto se asumen estas caracterÃsticas como propias del diálogo, se le coloca en el centro de la problemática polÃtica y normativa-legal, pasando a ser considerado uno de los pilares sobre los que se construye la democracia y la ciudadanÃa, en razón de que la comunicación y el entendimiento deben ser piezas fundamentales entre los habitantes de una región para preservar la democracia que es columna de un Estado de Derecho.
Los movimientos sociales van creciendo continuamente en la organización de marchas y paros cÃvicos en los Departamentos de: La Paz, Cochabamba, San Cruz, PotosÃ, Tarija, Oruro, Trinidad aglutinaron a ciudadanos de a pie, los que conforme pasa el tiempo se exasperan más. Por otro lado, la policÃa se encuentra enfrentando continuamente a los sectores en protesta con la utilización de gases y la persecución de manifestantes como lo ocurrido cuando ingresaron a predios de la Iglesia San Francisco donde fueron ultrajados golpeados y detenidos.
Estas manifestaciones, enfrentamientos e intolerancias entre bolivianos no pueden continuar porque tiende a empeorar cada dÃa más, razón por la que es necesario deponer actitudes, posiciones, comportamientos rebeldes y soberbios, porque el malestar en los movimientos de las organizaciones y sectores sociales -que exigen la abrogación del Código del Sistema Penal-crecieron y se encuentran unidos y organizados, por lo que es necesario encontrar una solución que vaya en beneficio de todos los ciudadanos que es el grueso de la población. No se trata de medir fuerzas o alentar enfrentamientos divisiones, odios y racismos, posiciones, ideologÃas o pensamientos polÃticos sino al contrario es indispensable buscar el acercamiento y la unidad entre todos los bolivianos para hacer de Bolivia una patria grande, unida y fortalecida.
El diálogo social debe contribuir a una dinámica que asegure plenamente la construcción de la democracia y la ciudadanÃa. El objetivo no es identificar un problema y aplicar o recomendar la adopción de una norma jurÃdica forzadamente y sin consenso. Es posible alcanzar consensos básicos democráticos sobre cómo construir una nueva norma jurÃdica para beneficio, protección y resguardo de la ciudadanÃa, y generar reglamentos para la aplicación legal del Código del Sistema Penal. Para llegar a este tipo de soluciones es probable que todos los actores tengan que actuar en un sentido positivo, fomentar un clima de confianza mutua y abrirse a la comprensión. Por ejemplo: entender la lógica del surgimiento del problema, en la generación de una inestabilidad social y polÃtica para encontrar una solución orientada a crear un clima de estabilidad social para edificar un lazo de confianza entre sectores en conflicto. Comprender que las lógicas y estrategias de los distintos actores se inscriben en contextos diferentes, lo que significa que en la implementación de un cambio jamás puede predominar una única lógica institucional.
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