Bielorrusia y la preservación de las conquistas del socialismo

El territorio de este país fue devastado en la Segunda Guerra Mundial por las hordas nazis, durante la cual Bielorrusia perdió alrededor de un tercio de su población y más de la mitad de sus recursos económicos. Se estima que entre dos y tres millones de personas fueron asesinadas o murieron a causa de la guerra (alrededor de un tercio de la población total), mientras que la población judía de Bielorrusia fue aniquilada durante el Holocausto y nunca se recuperó. La República fue reconstruida en los años posteriores a 1945 gracias al esfuerzo de su pueblo comunista y a la fortaleza dirigente de Stalin.

Después vinieron hechos lamentables, plagados de traidores a la causa comunista. Stanislav Shushkevich, el Presidente del Soviet Supremo de Bielorrusia, se reunió con Borís Yeltsin de Rusia y con Leonid Kravchuk de Ucrania, todos revisionistas de corte anticomunista, el 08 de diciembre 1991, en Belavézhskaya Puscha, donde firmaron el Tratado de Belavezha, mediante el cual se declaraba formalmente la disolución de la Unión Soviética y la formación de la Comunidad de Estados Independientes. Así abandonaron a su suerte a otras repúblicas y millones de ciudadanos soviéticos.

Las elecciones presidenciales de 1994 tuvieron dos rondas (24 de junio y 10 de julio de 1994). En ellas resultó victorioso un hombre desconocido en el mundo de la política en aquel entonces: Aleksandr Lukashenko, ya que ganó más del 45% de los votos en la primera vuelta y el 80% en la segunda ronda, derrotando a Viacheslav Kébich, que consiguió el 14%. Lukashenko, a pesar de verse cercado por acusaciones de violaciones de los derechos humanos, a lo que se sumó una grave crisis económica en 1998 y el boicot de la oposición a las elecciones del año 2000, fue reelegido en 2001, 2006, 2010 y 2015. Durante su largo mandato, Lukashenko ha implementado políticas similares a las de la era soviética, como la propiedad estatal de la economía, a pesar de las objeciones de los gobiernos occidentales, aunque existe un sector de propiedad privada en la economía.

La mayor parte de la economía del país está controlada por el Estado, que ha sido descrito como "de estilo soviético." Así, el 51,2% de los bielorrusos están empleados por las compañías estatales, el 47,4% son empleados por empresas privadas de Bielorrusia (De los cuales 5,7% son en parte propiedad de extranjeros). Pero, ¿Cuál es la diferencia con las otras 14 repúblicas de la ex Unión Soviética?: el haber mantenido los logros sociales del socialismo, la protección de la gente con trabajo, salud, educación y mucho más. A Lukashenko se le llama dictador porque no ha permitido que se implementen reformas tipo Rusia que minen la seguridad de vida de los bielorrusos. Su popularidad es grande y por más que no les permite a los sectores minoritarios a transformar a su país en un salvaje capitalismo, sus logros son válidos y legítimos. En síntesis, es un bello país con logros sociales y culturales de primer nivel, odiado por los imperialistas de Europa y Estados Unidos porque preserva elementos socialistas.