Inseguridad e insatisfacción social

Ambos factores, inseguridad e insatisfacción en el contexto social de nuestro medio, son parte de un proceso recurrente que se registra en la mayoría de los países de nuestra región y que en algunos casos está cobrando o como quiera verse, pagando una alta factura que se traduce en inestabilidad de orden social con una serie de consecuencias que alteran las condiciones de "buen vivir" que predominaban hasta hace algunos años.

El recuento de hechos, las estadísticas vigentes, la acumulación de problemas y las posibilidades limitadas de solucionar las alteraciones de la cotidianidad, llevan a ciertos gobiernos a disponer medidas extremas que se hacen necesarias para poder controlar procesos que en ciertas circunstancias se vuelven incontrolables.

Este delicado problema que es analizado por el economista y politólogo, Agustín Saavedra Weise, en el informe internacional revela que "hay un retroceso de las tendencias populistas, aunque a su vez reconoce que algunos líderes de ese grupo buscarán aferrarse al poder procurando "inéditas piruetas legales", lo que podría implicar un lamentable retroceso democrático en algunos países, con las consecuencias previsibles que alteren la democracia y las libertades.

De lo expuesto, algunos procesos experimentales se han estado alentando, de una u otra manera, con respuestas coyunturalmente favorables en algunos casos, pero también con rechazos muy contundentes en otros, mostrando que en la medida que se pretenden forzar las condiciones atrabiliarias, hay movimientos emergentes que asumen para sí la responsabilidad de exponer disconformidad y rechazo a las formas de ejercer gobiernos de tendencia autoritaria.

Frente a esas condiciones que menos mal no son las predominantes de la región, hay informes que muestran el atractivo por las ideas favorables al manejo del mercado comercial, el respeto al estado de derecho y una racional gestión económica que muestre la aplicación de medidas de reivindicación social y el manejo de programas que permitan equidad y mejoren las seguridad en la vida de las personas, comenzando por el rubro alimentario, el respeto a los derechos humanos de las personas, la libre competencia y el apoyo reforzado hacia los sectores productivos, puede cambiar el panorama y dirigir fines y objetivos hacia un esquema que entiende y atiende las necesidades del colectivo social.

La tendencia a mostrar equilibrio informativo, nos permite conocer un reciente informe de la ONU, cuando señala que la pobreza en la región aumentó de 168 millones de pobres el 2014 a 175 millones el 2015, debido a la desaceleración en el comercio de materias primas que bajaron de precio y de cuyas ventas depende la economía de algunos Estados, como el nuestro.

Frente a tales consideraciones que tienen relación directa con la futura economía de la región y la vigencia de ciertos programas político sociales, se establece que la mejor proyección deberá dirigirse a promover inversiones productivas para conjurar las debilidades presupuestarias, y para sostener ese modelo lo más importante será defender gobiernos democráticos, respetuosos de las leyes, de los derechos humanos y de las libertades ciudadanas.

Fuente: LA PATRIA