Beneficios terapéuticos de la toxina botulínica: bótox

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El tratamiento con la toxina botulínica tipo A, más comúnmente conocida como bótox, es el procedimiento de rejuvenecimiento facial sin cirugía más utilizado entre los mejores especialistas de medicina estética del mundo. Consiste en aplicar la toxina mediante inyecciones con una aguja muy fina en las zonas de contracción muscular del rostro, lo que se evidencia en la eliminación de líneas de expresión y atenuación de arrugas como las del contorno de ojos llamadas también patas de gallo y en la zona del entrecejo.

Una vez que el paciente conoce su efecto, pocas veces renuncia al mismo, ya que se da cuenta de la alta eficacia, la rapidez del tratamiento y obviamente el rejuvenecimiento natural que da de entre cinco a siete años menos.

También es adecuada en el tratamiento de la migraña, la caída del cabello, elevación de la punta de la nariz, hiperhidrosis de manos y axilas, bruxismo y otras enfermedades.

Puede ser aplicada en cualquier persona de ambos sexos previa evaluación y consulta médica, excepto personas con enfermedades autoinmunes severas y mujeres embarazadas o etapa de lactancia. La aplicación no es dolorosa porque se utiliza una aguja muy finita, el volumen de aplicación es muy poco y el medicamento va diluido. Puedes ponértela en la hora que desees y volver inmediatamente a tus actividades.

El efecto aparece al tercer día hasta las dos semanas siguientes es progresivo, no es instantáneo sino paulatino. Una toxina bien colocada le da a la persona un aspecto fresco, juvenil, descansado, sin alterar su fisonomía o sus gestos habituales.

Los beneficios se mantienen alrededor de los seis meses, esto puede variar de persona a persona siendo un mínimo de 3 meses a un máximo de 12. Entre las complicaciones pueden aparecer pequeños moretones por lo que aconsejo utilizar al médico una crema anestésica anti hematomas. Otra complicación es la caída del párpado superior que si llegara a pasar el efecto revierte con el uso de gotas.