Lo que siempre sucede volvió a repetirse, aplicación de medidas urgentes para calmar los ánimos y bajar la tensión social, algo que según los observadores pudo aplicarse en el inicio del conflicto, evitando una confrontación entre partes y como dicen los polÃticos una prueba más de medir fuerzas, pero en criterio ciudadano, sin sentido práctico.
Nadie está en condiciones de establecer con claridad lo que realmente inducÃa a las autoridades superiores a sostener la situación a riesgo de empeorar las cosas, pudo haber presiones internas, posiblemente falta de sinceridad y diálogo en el más alto nivel de Gobierno como para observar la magnitud del problema e inducir en un momento de franqueza al Primer Mandatario a cambiar la estrategia de esperar que "las papas quemen", para adoptar una posición de enfrentar el tema con mayor solvencia de máxima autoridad para ordenar los cambios necesarios que pongan freno al desquiciamiento del Estado, eviten un funesto enfrentamiento y abran una posibilidad de arreglar las cosas, hablando, dialogando, debatiendo y consensuando criterios, pero aplicando el freno al desborde que se veÃa venir.
La decisión del Primer Mandatario, si bien fue sorpresiva, se la considera oportuna y constituye la muestra de utilizar la voluntad polÃtica, con criterio de acercamiento entre partes anulando la figura de enfrentamiento y choques sectoriales en conflicto. La suspensión de vigencia de dos artÃculos cuestionados y la orden de revisar todo el Código Penal, abre una esperanza de reencuentro entre bolivianos para tratar en niveles de diálogo, con altura, respeto y comprensión las alternativas que puedan presentarse para seguir debatiendo tan complejo problema.
Lo importante es que como resultado de estas decisiones, no se mantengan posiciones de intransigencia, se eliminen caprichos y se entienda que cuando se trata de convivir pacÃficamente hace falta tolerancia, respeto y compromiso formal de practicar el diálogo como forma de entendimiento civilizado, cuidando que no se rompa nuevamente la delicada relación entre partes. No debe manejarse la instancia de ganadores o perdedores, lo que vale es que los bolivianos podamos vivir en un verdadero Estado de Derecho, al amparo de la democracia y respetando los derechos ciudadanos, en paz, con justicia y libertad.
Fuente: LA PATRIA
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