Domingo 31 de diciembre de 2017
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Editorial y opiniones
La sugestión como causa de error en la justicia
31 dic 2017
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
En las usuales declaraciones o deposiciones de imputados o testigos, los recuerdos del hecho pueden ser viciados no solo por los que declaran y por la forma que conducen sus conocimientos, sino también por influencias externas. Así, para mayor ilustración del lector, supongamos que los testigos oculares de un accidente de tránsito intercambien opiniones y sus impresiones casi inmediatamente después del choque.
En estos primeros momentos el autor asimila incontroladamente todo lo que percibe, empero, puede ser presa fácil del error si un interlocutor le sugiere pormenores falsos; estos encuentros pueden dominarlo, incluso, aunque su naturaleza sea sumamente dudosa, situarse a la par de sus primigenias impresiones , taparla, y hasta extinguirlas o hacerlas languidecer en su memoria y, ¿cuál es el motivo?, debido a que la vivencia originaria receja o retrocede en el recuerdo, en desmedro del averiguamiento, pues en el tiempo está más alejada que las impresiones recogidas a posteriori en las conversaciones con terceros.
Similar situación, aunque más grave, pues se trata de vidas humanas, puede acaecer en las intervenciones quirúrgicas que deben realizarse según un protocolo que establece lo que se debe realizar y las contingencias sobrevinientes, empero, concluida la operación sale el profesional médico a requerimiento de los familiares y realiza declaraciones en estado de excitación que luego, comparando con el protocolo arrojan asimetrías, entonces, si la operación no resulto exitosa, peor con deceso, los familiares pueden requerir judicialmente el protocolo que inicia los problemas por las variadas incongruencias.