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Domingo 31 de diciembre de 2017

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Revista Dominical

Lo que nos depara el año 2018

31 dic 2017

Fuente: LA PATRIA

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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Todos queremos saber lo que nos espera en el futuro, sobre todo si se trata de un nuevo año que comienza, y no nos contentamos con los buenos deseos, sino que recurrimos a los horóscopos, a los adivinos, a las cartas, para saber lo que vendrá en el año que comienza.

Los yatiris, adivinos que leen la suerte en coca, en cartas, en el café o en el humo del cigarrillo, seguramente tienen más trabajo en esta época, cuando un año ya se va y el otro está por comenzar, pues queremos saber si nos irá bien económicamente, si habrá buena salud o buena suerte en el amor, inclusive queremos saber cómo será el futuro del país en lo político.

Existen personas que no hacen nada sin antes consultar su horóscopo, pues confían su suerte a los astros, ya que supuestamente, según la alineación de los planetas y las estrellas nos irá de una determinada manera u ocurrirán sucesos que se verán influenciados por aquellos.

Pero ¿Qué dice la Biblia sobre estas prácticas? "La Biblia prohíbe expresamente la adivinación, la brujería y las artes ocultas (Deuteronomio 18:10-14). El pueblo de Dios debe prestar atención solo a Dios (Deuteronomio 18:15). Cualquier otra fuente de orientación, información o revelación debe ser rechazada rotundamente. (Véase también Hechos 16:16-18)."

¿Por qué la Biblia, que es la Palabra de Dios, insta a rechazar la adivinación, las artes ocultas y la brujería? Porque según la enseñanza bíblica esas cosas son contrarias a Dios, nos alejan de �l y nos mueven a confiar en otras cosas que no son de la divinidad, nos empujan a creer en algo que no viene de Dios, nos distrae de las enseñanzas que �l nos dio.

Además, todo eso hace que nos alejemos de Dios y en su lugar comencemos a confiar en cosas como los astros, las estrellas, los planetas que no tienen el poder que sí posee el Altísimo.

"La Biblia señala a Jesucristo como el enfoque correcto de la fe (Hechos 4:12; Hebreos 12:2). Nuestra confianza está sólo en Dios, y sabemos que �l dirigirá nuestras veredas (Proverbios 3:5-6). La fe en algo además de Dios está fuera de lugar."

Dios nos enseñó a creer en �l aunque no podamos verlo, nos enseñó la fe por la fe, por eso Jesús dijo "bienaventurados los que no vieron y creyeron", Juan 20:24-29.

A Yahvé, como se conoce también a Dios, siempre le disgustó que los hombres se fabricaran ídolos que lo sustituyan, que crean más en lo material que en su poder, por eso aborrece que las personas pongan su destino en manos de adivinos y crean en el poder de los horóscopos para definir lo que les ocurrirá.

Además, dijo que nadie puede saber lo que le ocurrirá en el futuro, inclusive aunque prometió que regresaría no dijo cuándo lo hará, para que todos nos mantengamos expectantes y no descuidemos nuestros deberes cristianos, nos insta a mantenernos alertas, porque dijo que vendría "como ladrón en la noche", sin avisar y sin que nadie sepa cuándo.

Existen autores que señalan que el quedarse en el pasado por la culpa de lo que hicimos o dejamos de hacer es inútil, como inútil es preocuparse por lo que aún no ha ocurrido, pues nos hace vivirlo y revivirlo una y otra vez, y quizás nunca llegue a pasar.

La preocupación por el futuro hace que perdamos nuestro presente, y la angustia por lo que ya pasó y no podemos cambiar también. Además que nuestro futuro depende en gran medida de lo que hagamos en nuestro presente, por lo tanto lo más importante es ocuparnos en lo que está pasando en nuestro aquí y ahora, y dejar que nuestras acciones obren para lo que vendrá en el futuro.

Por ejemplo, podemos desear mayor riqueza para nuestro futuro, pero difícilmente la lograremos si en el presente no trabajamos; ni siquiera podremos lograrlo si deseamos ganar la lotería, pero no compramos al menos un boleto e intentamos ganar fortuitamente el dinero.

Lo que sí debemos hacer es prepararnos, como nos insta la Biblia, estar alertas y venga lo que venga estar listos para lo que sea, así sea fruto de nuestro trabajo o producto de la suerte, pues si no estamos preparados, cualquier oportunidad que se presente puede irse de nuestras manos como agua o arena que se deslizan fácilmente, sin que podamos hacer nada.

Por lo tanto, no interesa lo que nos depare el año 2018, debemos vivir intensamente nuestro presente y prepararnos para cualquier situación que pueda aparecer en nuestras vidas en el futuro, para que aprovechemos la ocasión cuando ésta se convierta en nuestro presente y no nos arrepintamos de lo que no hicimos en el pasado y de lo que dejamos ir sin aprovecharlo.

Fuente: LA PATRIA
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