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Domingo 24 de diciembre de 2017

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Revista Dominical

Las palabras

24 dic 2017

Néstor Suxo Ch.

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Aquí nos referimos a las palabras en tanto en cuanto hablamos; sin duda las palabras forman también el mundo de la escritura en sus distintas facetas.

De inmediato, las palabras nos remiten a nuestra cotidianeidad o, mejor dicho, con ellas inauguramos, hacemos nuestra cotidianeidad, cotidianeidad del hogar, del trabajo o de la calle. Primera modalidad de las palabras es el habla, o sea el saber hablar. Esto no significa que el lenguaje de las señas, de la vestimenta, del caminar, del juego, del guiño, de los tics u otros códigos no sea lenguaje, es al contrario profundamente lenguaje y que conlleva saber situarse en el contexto sociocultural del mismo.

¿Pero qué es la palabra? Según el diccionario, es una unidad lingüística dotada de un significado. ¿Y cuál es el significado del significado? Las palabras, a diferencia de otras, no tienen necesariamente referente físico en la realidad y por ello no tengan sentido. De ahí que una palabra según sea el caso puede tornarse de distintos significados y sentidos; o por la forma cómo se la pronuncie o que se la está considerando ilocutiva o performativamente. Así puede haber palabras que inauguren/clausuren una sesión de Congreso; palabras que oficialicen matrimonios/divorcios; amistades/enemistades; diálogos/monólogos.

Así como las palabras pueden "hacer cosas" o como dice Austin "hacer cosas con las palabras"; también las palabras nos sitúan en distintos "juegos" y contextos; con las palabras, refiere Wittgenstein, se pueden recitar en un teatro, cantar en un coro, adivinar acertijos, crear chistes; resolver problemas de aritmética, traducir de una a otra lengua, preguntar, agradecer, rogar, saludar o maldecir.

Las palabras como unidades lingüísticas dotadas de significado van, sin embargo, complicando nuestra cotidianeidad y que convendrá entonces saber distinguir y discernir si se trata de algo real o de una publicidad; del enunciado que dice "pido la palabra" en un contexto sindical, del enunciado "pido la palabra" en un contexto cultural donde discurre el poema de Eliodoro Aillón; o de quien dice no hablen al mismo tiempo porque no se entiende nada. A esta complejidad, se sumarán las palabras envueltas en denotaciones/connotaciones; paradigmas/sintagmas; pragmáticas/sintácticas o simplemente metáforas o metalingüísticas. Se estudiarán las palabras en contextos de la filosofía del lenguaje ordinario y científico, entonces desde la lógica matemática de George Edward Moore no faltará alguien que diga que en publicidad no se dice, a propósito de los friales: "llegaron pollos para la Navidad", porque los pollos están muertos y no pueden arribar a un frial; tampoco cuando se dice "estoy bajando abajo".

No obstante, el propio Wittgenstein sostenía que hubiese un lenguaje "extraordinario", es decir, que no se dispone de un lenguaje supuestamente "mejor" que el propio lenguaje, ni menos de un lenguaje más ordinario que él, tan solo se dispone de un lenguaje y que no podríamos descender ni subir sobre él.

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