Complejo panorama internacional

Cuando se aproxima el cierre de una gestión, se aprovechan los últimos días del año para realizar algunos recuentos en torno a las actividades del país, pero con una mirada especial a las relaciones internacionales para llegar a una conclusión que muestra no precisamente un avance en concretar más acuerdos que nos beneficien, sino una especie de estancamiento en lo poco viable que existe para fortalecer lazos de amistad, pero sobre todo con beneficios colaterales.

Las relaciones diplomáticas e ideológicas son parte de una política manejada en función a criterios del sistema gobernante y por lo mismo en algunos casos son parte de acercamientos discursivos y no de acuerdos pragmáticos que muevan y aumenten factores de intercambio comercial en condiciones favorables a las expectativas de los rubros productivos nacionales.

Lo que estiman los expertos como beneficio directo de las relaciones exteriores, es precisamente la ampliación de mercados, asegurar un mayor intercambio de comercio pero en condiciones que nos permitan vender en las mismas condiciones de comprar, para equilibrar nuestra balanza de utilidades.

Ahora bien, debemos reconocer que en el ámbito de nuestra región externa se están produciendo una serie de cambios generados por la sustitución de mandatarios con lineamientos que se imponen como parte de programas políticos e ideológicos, que van copando mayormente la superficie territorial de nuestro continente, creando una situación de incertidumbre que preocupa al colectivo ciudadano de los países vecinos.

Estamos atravesando por periodos de turbulencia política, pues no otra cosa significan los movimientos que se generan en pos de alcanzar el poder e imponer conductas de control en varios países. Para contar están el caso de Honduras, lo que pasa en el Perú, desacuerdos en Ecuador, las contingencias generadas en declaraciones muy particularizadas de los "capos" de Odebrecht, que complican a gobernantes y Estados con el manejo de "fondos irregulares".

Otros insumos de la tensa situación regional tiene que ver con las corrientes de las derechas y las izquierdas, en pugna por el control de orden gubernamental y con tal posición, aplicando políticas especiales que en lugar de unir a las naciones las separan en la perspectiva de fomentar la integración regional.

Nuestro país, ubicado por naturaleza geopolítica en un sector estratégico del triángulo bajo de Suramérica, es una especie de puente obligadamente transitable para unir los dos océanos, Atlántico y Pacífico, por lo mismo es parte también del interés de vínculos diplomáticos que deben cerrar tratos comerciales para alcanzar objetivos de fortalecimiento regional.

Bajo tales condiciones es muy importante que nuestra política exterior se dinamice en el sentido de mejorar nuestros vínculos por la vía de los acuerdos comerciales, que de cualquier manera son prioridad para sostener y ampliar una sólida estructura de vínculos externos. Nuestra política diplomática debe estar dirigida a lograr más amigos y no ahuyentarlos.

Fuente: LA PATRIA