Deponer la intransigencia

El conflicto de los médicos con 28 días de paro y una serie de alternativas muy perjudiciales para la mayoría ciudadana se convierte en el más prolongado del último tiempo, prevalece una marcada intransigencia entre los protagonistas de los dos sectores, el gobierno y sus medidas y los médicos, asumiendo defensa ante las circunstancias que no pueden aclararse por ausencia de diálogo directo.

Lo ocurrido en las pasadas horas muestra que la situación de los enfrentados puede derivar en graves consecuencias, en tanto unos y otros, encasillados en sus respectivas posiciones no dan paso a la opción de dialogar para esclarecer los puntos controversiales de un artículo incluido en el Código Penal, que según los médicos "victimiza a esos profesionales" con la aplicación del detalle de mala praxis, un aspecto que dicen "debe abarcar a todas las profesiones".

La dureza de los hechos muestra que en el sector oficial no hay de momento posibilidades de negociación, instancia que parece rota, aunque en estas circunstancias y tratándose de problemas sociales, que involucran a la comunidad (indirectamente) no pueden cerrarse los canales de diálogo por una marcada intransigencia dual que empeora la delicada situación.

Pese a ciertas posibilidades que al comienzo del conflicto permitían avizorar condiciones más o menos favorables al debate sobre el contenido del artículo 205 del Código Penal, por una serie de imposiciones e intolerancia de las partes, se cerró esa puerta de debate y no se abrió ninguna otra, al punto que en el Legislativo se aprobó la redacción total y la misma pasa a formar parte de normativas que de verdad ponen en vilo a los profesionales de la salud, considerando la vulnerabilidad existente en la práctica de una profesión, evidentemente de alto riesgo y que está relacionada directamente a la salud y la vida de los pacientes.

En los 28 días del conflicto han surgido una serie de revelaciones que tienen que ver con los sistemas de salud pública y del seguro social, en ambos casos se han reconocido debilidades, una serie de falencias, insuficiente presupuesto para los servicios de salud, carencia de equipos e instrumental, deficiencias en estructura de centros médicos, y lo más grave, déficit de personal médico en especialidades, en ambos sectores, lo que muestra un grave problema para la salud del país.

Los médicos asumen en su defensa algunos argumentos que observados ahora con la lupa de la realidad dejan al descubierto las prearias condiciones en que se desenvuelven cotidianamente, dejando claro que hacen esfuerzos desmedidos para compensar las deficiencias y cumplir su apostolado de salvar vidas.

Desde el Ministerio de Salud, se pretende minimizar la gravedad del problema y no se muestran intenciones favorables para extremar instancias y establecer las condiciones más apropiadas para dialogar. Con la fuerte represión reciente parece que serán los médicos que acudirán a una mediación institucional que permita sentar a las partes en una mesa de diálogo en la que se resuelvan los problemas, tomando en cuenta que toda ley es perfectible y ningún conflicto puede ser permanente. Lo importante es que ambas partes depongan su intransigencia.

Está en peligro la salud de la comunidad y el diálogo que ojalá se abra, debe servir para tratar de manera responsable un cambio necesario en todo el sistema de salud en el país.

Fuente: LA PATRIA