El eurocentrismo decimonónico despreció a las sociedades preindustriales, premodernas, no europeas. El Viejo Continente impuso su sello en las corrientes científicas, historicistas y filosóficas, ignorando las historias y culturas de América, Asia y África.
En las últimas décadas del siglo veinte, surgieron críticas a la modernidad a favor de resignificar a las culturas, valorar otras formas de pensamiento, abriendo puertas a que los pueblos indígenas, las minorías étnicas, los saberes marginados se conviertan en importantes objetos de estudio.
Paradójicamente en Sudamérica, el imperio quechua, visto como bárbaro por los europeos, vio a su vez, de igual manera a los pueblos que habitaban más allá de sus fronteras orientales. La región amazónica boliviana se caracterizó por la marginalidad, desprecio y olvido tanto de parte de las élites nacionales como regionales.
Hace un tiempo, estando presente en un taller de enseñanza de la lectura, una gentil participante beniana me obsequió dos libros, quizás ante mis preguntas insistentes de saber más de su departamento y de la gente de esa región.
Se trata de las obras Tradición Oral Yuracaré, de René Julio Rivera Paniagua, editada en 2006 con el apoyo de la Comisión Pastoral Indígena del Vicariato Apostólico del Beni. La otra titula Investigación sobre la situación de los Derechos Humanos de los Trabajadores de Estancias Ganaderas en el Departamento del Beni, publicada en 2007 a cargo de la Defensoría del Pueblo.
El año 1990 veíamos consternados por las pantallas del televisor a hombres, mujeres y niños protagonizando la Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad, de tal modo fuimos conociendo a otros grupos étnicos de nuestra Bolivia diversa.
El primer libro mencionado se divide en tres partes. La primera contiene Secuencia de las narraciones, la segunda Temática de las narraciones y la tercera Descripción sinóptica de las narraciones, constituyéndose en un valioso rescate de cuentos propios del pueblo yuracaré a través de la tradición oral.
Dicha etnia amazónica habita comunidades a orillas de los ríos Mamoré, Isiboro Sécure, Cuberene y también de lagunas. Se caracterizan por ser buenos constructores de canoas, navegantes y pescadores.
A partir de la Marcha Indígena del ´90 se ha dado el proceso de conocerse entre pueblos vecinos a dicha etnia, contribuyendo a la consolidación de su territorio.
Es admirable el trabajo de quienes se desplazaron por la selva y ríos, grabadoras en mano visitando comunidades yuracarés, escuchando relatos que muchas veces fueron traducidos al español.
Algo digno de resaltar fue saber que los cuentos relatados no se hicieron entre cuatro paredes, sino en reuniones de la comunidad en las cuales estuvieron presentes niñas y niños. El rescate de dibujos infantiles que ilustran la obra es un detalle precioso y significativo.
En la presentación del libro Adrián Nogales Morales dice: " ...con ellos hemos empezado a comprender que el territorio en nuestra vida no sólo es tener un lugar para trabajar y tener qué comer, sino para recordar el pasado y pensar cómo tenemos que vivir ...".
Quedé maravillada por obsequio tan valioso, a la vez espero que sea una invitación a ustedes amables lectores y lectoras, para conocer más de los pueblos, no sólo de la Amazonía, sino de los que habitan nuestras cálidas y extensas llanuras.
(*) Profesora jubilada
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.