La Navidad no es la celebración de una fecha, es la celebración de un hecho.
Los enemigos de la Verdadera Fe, utilizan todo lo que pueden para desacreditarla. Hay incluso sectas que se autodenominan cristianas, las que afirman que «la Navidad es una celebración pagana».
Religión popular es aquella «en que comulgan por lo demás casi todas las clases de la sociedad, porque este concepto sobre todo calificativo no corresponde a los niveles sociales» (Historia de las diócesis de Francia). La Navidad es una fiesta religiosa popular.
AsÃ, hasta hace medio siglo, la celebración de la Navidad en los hogares cristianos tenÃa al Niño Dios -a Cristo- como el centro de la celebración. Gradualmente se ha deformado la Navidad. Hay quienes buscan afanosamente en los últimos años sacar de escena nuestra Navidad, como otras tantas celebraciones cristianas. Más aún, ahora nos enfrentamos a una tendencia secularizadora que busca sacar a Cristo de la Navidad.
Sólo era cuestión de tiempo hasta que las fuerzas anti Cristo, en medio de la ola secularizadora, vieran en la Navidad una oportunidad desperdiciada de aumentar drásticamente la venta de cosas que nadie comprarÃa en circunstancias normales, convirtiendo la Navidad en un señuelo de ventas comerciales.
En la primera el Señor vino revestido de la debilidad de la carne; en esta venida intermedia viene espiritualmente, manifestando la fuerza de su gracia; en la última vendrá en el esplendor de su gloria.
La Navidad es alegrÃa, «una alegrÃa que no es la alegrÃa vulgar del hombre que hizo un buen negocio, que venció una jugada polÃtica o se ganó la loterÃa. No. Es una alegrÃa mucho más interna, mucho más leve, toda hecha de luz. Mientras que las otras alegrÃas están hechas de cosas palpables y de segundo orden, la alegrÃa propia de la Navidad es toda hecha de luz - es el Lumen Christi, la luz de Nuestro Señor Jesucristo que brilló en la tierra la noche de Navidad. Luz que nunca más, año tras año, dejó de brillar, trayendo una verdadera alegrÃa, una verdadera paz de alma hasta para las personas más atormentadas» (Plinio Correa de Oliveira, La impregnación de las alegrÃas de la Navidad).
La Navidad es alegrÃa, la verdadera alegrÃa de saber que Cristo ha nacido en la pobre gruta de mi alma.
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