Conflicto que arranca confesiones

Un problema que pudo solucionarse oportunamente, mediante el diálogo y que se postergó en su tratamiento, derivó en un conflicto que ahora lleva más de 20 días de huelga laboral, cuyos protagonistas son los profesionales médicos del país, sector al que se suman además los funcionarios paramédicos, de farmacias, administrativos y funcionarios de apoyo, todo el sistema prácticamente paralizado y miles de personas con infinidad de dolencias, en serio riesgo de complicar su salud por hechos derivados en el incumplimiento de obligaciones.

A raíz del problema vigente se "destapó la olla" de una extraña poción, cuyos ingredientes aparecen poco a poco en las dos partes que se enfrentan en pos de obtener ciertas condiciones favorables de orden social por una parte, o de regular algunas normas que se consideran necesarias para garantizar la calidad de atención médica, en un contexto en el que las confesiones están a la orden.

El otro hecho es que ejecutivos de la Caja Nacional de Salud (CNS), reconocen que existe mala atención a los pacientes (asegurados), especialmente en lo que corresponde a la prestación de servicios, obligando a los enfermos a una molestosa rutina de obtener fichas muy temprano para lograr atención en consultorios, sin considerar que muchas personas complican su estado de salud con esa doble visita a los centros de la Caja. Eso no es todo pues la dotación de medicamentos adquiridos directamente por la entidad, no satisfacen las expectativas de los pacientes, que en muchos casos deben comprar por cuenta propia medicinas que el seguro no provee.

En los dos sistemas de salud, el público como el que pertenece al seguro social, las deficiencias son casi las mismas, infraestructura inapropiada, falta de equipos e instrumental moderno, déficit de personal médico y carencia de especialistas, tampoco existen funcionarios especializados en administración de servicios médicos, de ahí que resulta difícil apropiar sistemas para mejorar la atención de pacientes, evitando largas esperas, inclusive de semanas para servicios de rayos X, ecografías y algunos análisis, que en circunstancias de eficiencia de servicios se cumplirían en el día.

En los dos casos las deficiencias están a la vista, lo importante es que se las reconocen y ese hecho lleva a las autoridades del ramo, en ambos sectores, a tomar medidas urgentes para eliminar las deficiencias, disponer de presupuestos adecuados que permitan dar el lugar que corresponde a la salud en general, como prioridad de una vida sana, con servicios acordes a las exigencias del pueblo.

El tema de las necesidades en materia de salud es un hecho comprobado y admitido en las instancias de su administración, tanto en los servicios públicos como en los pertenecientes a la seguridad social. Establecidas las deficiencias corresponde atenderlas de modo práctico, por encima de posiciones coyunturales. El conflicto arrancó confesiones y buena parte de los problemas tienen que ver con negligencia o mala práctica administrativa en servicios de salud.

Fuente: LA PATRIA