El 21 de este mes se recuerda el Día del Trabajador Minero, propicia oportunidad para resaltar la cualidad moral de esta persona que se constituyó en una gloria nacional al ser parte indispensable del proceso de producción en las minas nacionalizadas.
Hago referencia a aquel trabajador que se esfuerza en el interior de los socavones extrayendo minerales para su comercialización internacional con el fin de conseguir mayor ingreso de divisas que potencien la economía boliviana.
Ese hombre, para el cual no hay justicia, es un referente de la trascendental medida que ocupó la atención mundial al firmar en los campos de "María Barzola", el decreto de la nacionalización el Presidente Víctor Paz Estenssoro.
Fue un 31 de octubre de 1952, fecha en la que culminaba toda una gestión liberadora del sojuzgamiento que sufría el Estado en manos de la gran minería.
Es cierto que pasaron muchos años de ese acontecimiento, siendo lamentable advertir que al presente hay una visible contracción minera al haberse reducido a menor volumen los cuadros productivos, lo cual demuestra, en los hechos, que el sistema cooperativista no da resultados favorables al notarse que su presencia en el quehacer minero tiene profundas connotaciones políticas atadas al actual esquema socialista que vivimos.
Nadie pone en duda que ya son muchos los problemas que acarrea la administración de Comibol por la falta de una clara visión empresarial en el manejo de la producción de metálicos, causando disgustos en la propia población minera que de a poco ve cómo languidece su medio de vida.
Personas vinculadas con la minería, comparten la idea de que debe actuarse con verdadero patriotismo dando fuerza, vigor e intensidad a todo lo que se considere positivo conforme se determinó al crearse la Corporación Minera de Bolivia el 2 de octubre de 1952 con un directorio encargado de dirigir el proceso de producción y comercialización de todas las empresas mineras.
Parece que en la actualidad se olvida que la nacionalización de las minas fue el resultado de una conjunción de intereses de los trabajadores mineros con el pueblo boliviano al convertirse en constructores de la redención económica.
Por eso, el obrero del subsuelo, observa con preocupación la prevalencia del afán político de seguir engañando al pueblo con ofrecimientos populistas que hasta hoy no son efectivos, al extremo de haberse perjudicado al departamento de Oruro con la presunta puesta en marcha de una fundición de zinc a un costo de 250 millones de dólares que en la realidad no existe, quedando en la nada el anuncio del Ministro de Minería, José Pimentel Castillo en noviembre de 2010, según el extracto publicado por la Unidad de Comunicación Institucional en la página web de Comibol.
Ante esa eventualidad, este próximo 21 de diciembre, será el día en que los verdaderos trabajadores mineros, no los cooperativistas, harán escuchar su voz repudiando la falsedad con que actúan los mercaderes políticos para no perder su vigencia como embaucadores al aprovecharse, tal vez, de una posible ingenuidad de quien los escucha.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.