Prensa sin censura ni mordaza

En pasados días una vez se instrumentó otro proyecto de ley sobre "responsabilidad de la información", pretendidamente para ejercer cierto control en el trabajo de los periodistas y las normas que rigen en los medios de comunicación lo que significa una vez más, tratar de aplicar la mordaza a unos y la censura a otros, en pos de "tranquilizar" a los protagonistas de las actividades oficiales que con inusitada frecuencia incurren en gravísimos errores y lo peor derivan ciertos hechos en delitos que los afectan y que al ser denunciados, revelan cierto grado de corrupción en la esfera que contiene el aparato de la administración pública.

Así están las cosas, el último afán de contados parlamentarios, obligó al sector de la prensa a denunciar este otra intentona de vulnerar los derechos reconocidos en la Ley de Imprenta y que constituyen la garantía soberana de mantener sin ninguna interferencia la libertad de expresión y la libertad de prensa.

Todas las ocasiones los artífices de esos proyectos quedaron con "los crespos hechos", porque las razones justificadas que utilizan los periodistas en su defensa, están consignadas en nuestra Constitución y son parte de la garantía que tiene el pueblo para ser informado correctamente, de ahí que no prosperaron, ni lo harán otras instancias que no se ponen sólo contra la prensa, más bien lo hacen contra los derechos de cada ciudadano, amante de la libertad y la justicia.

Uno de los aspectos que más preocupa a los servidores públicos en las diferentes escalas del pesado aparato burocrático del Estado, es el hecho de que se vayan descubriendo por tareas de investigación o que se divulguen denuncias concretas contra funcionarios comprometidos en hechos que afectan al Estado, su economía y además su imagen institucional, que con cada hecho de corrupción disminuye su prestigio nacional. Se propuso en algún momento la aplicación de un "filtro" a la información que sea obtenida en los niveles oficiales, lo que evitaría la difusión de cierto material comprometido. La idea fue rechazada por los periodistas, pues se trataba, ni más ni menos de controlar su trabajo y limitar él mismo a una forma de publicación del material que sea filtrado y autorizado, eliminando por supuesto la parte que tuviera que ver con los frecuentes casos de corrupción.

El último caso que prácticamente ha sido "desarticulado", una vez más en los niveles superiores de las Cámaras Legislativas, deja sin embargo una profunda preocupación en el gremio periodístico, pues no faltan quienes están acechando al sector para darle una estocada, tratando de cambiar las normas que rigen las tareas de los periodistas y las responsabilidades de los medios.

Para que las cosas queden claras, una vez más y con la solvencia que rodea a los organismos periodísticos se reitera a las autoridades del Gobierno, que eviten dolosas intenciones de socavar los pilares sobre los que se afirma la actividad de los periodistas y que son las libertades de expresión y de prensa, los códigos de ética institucionales y la Ley de Imprenta que no se toca. �nicas instancias que permiten el trabajo de la prensa, sin censura ni mordaza.

Fuente: LA PATRIA