La forma de comportamiento en la comunidad es muy rÃgida, las personas mayores no escuchan la conversación de los niños, niñas, todo es gritar, ordenar, llamarles atención, reñirles, utilizar adjetivos que dañan, el sentimiento afectivo, generando complejos de inferioridad, temor. En los padres de familia no existe un poco de amabilidad, diálogo con los hijos, escuchar a los niños, niñas para estimular su creatividad, capacidad inventiva y su formación cientÃfica.
Entre hermanos de una familia se van criando con mucha verticalidad, represión psicológica, fÃsica, ese miedo se va repitiendo en la escuela, colegio, universidad, matrimonio, donde se escucha solamente ofensas con palabras fuertes, no existe seguridad en su manifestación, a los niños, niñas se les está inculcando hipocresÃa, mentira, egoÃsmo, individualismo, perjudicando su actitud de solidaridad, porque no existe un poquito de buen humor.
Las autoridades públicas, generalmente son arrogantes, soberbias, no tienen voluntad de diálogo, de conversación, ellos piensan que pueden solucionar arbitrariamente, desconociendo los derechos de los ciudadanos, por falta de tolerancia se agudizan los problemas, escuchar, saludar, lo más elemental en las relaciones humanas.
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