Jueves 30 de noviembre de 2017
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Hace unos dÃas, se recordó la muerte de Fidel Castro Ruz, acaecida hace un año. El lÃder de la revolución cubana, ya anciano y enfermo, habÃa entregado el poder a su hermano Raúl, aunque quedó su imagen de patriarca del régimen. Fidel Castro, ya sin el mando formal del gobierno cubano, mantuvo su influencia: escribÃa aconsejando en el diario oficial Granma. Y continuó como referente del sistema impuesto en enero de 1959, cuando la guerrilla que comandaba irrumpió triunfante en La Habana.
Mucho se ha escrito sobre el legado de Fidel y la continuidad del proyecto revolucionario. Hay quienes destacan que, mientras se deterioraba la salud del patriarca, su hermano Raúl mostraba criterio propio, y se embarcaba, por ejemplo, en el proceso de reapertura de las relaciones de su paÃs con Estados Unidos, el paÃs que, según Fidel, era el principal enemigo del gobierno comunista cubano. Por ello, hay dudas de que el viejo caudillo habrÃa dado su consentimiento a ese cambio polÃtico, pese a que, ante la grave situación económica de paÃs, parecÃa que asà se abrirÃa una salida alternativa al inevitable término de la era de los Castro.
