Mientras las autoridades y personal del Centro Municipal de Zoonosis (Cemzoor), tratan de cumplir los fines de control para evitar la propagación de una epidemia de rabia canina, con el peligro de comprometer la salud humana, hay personas que a título de pertenecer a una Asociación de defensa de derechos de los animales interfieren la captura de los perros vagabundos, dejando de lado la urgente necesidad de disminuir la enorme cantidad de perros vagabundos.
Es tal la cantidad de perros en "estado de calle", como se denomina a manadas de estos animales que deambulan en las arterias de la ciudad, que las instalaciones del Cemzoor no abastecen para retener a los perros de manera indefinida, por lo que se hace necesaria la aplicación de medidas radicales, para cuidar la seguridad de las personas y librarlas del ataque de peligrosos canes la mayoría no vacunados y agresivos en su naturaleza.
Cumplida la masiva campaña de vacunación de mascotas, que debería ampliarse en ciertas zonas, es menester otra fase de la misma que consiste en retirar de circulación a los canes vagabundos. Es en ésta etapa que los defensores "animalistas", interfieren las tareas de los funcionarios del Cemzoor, habiéndose denunciado incluso ciertas acciones de violencia con el objeto de que se liberen a los perros capturados.
Los defensores de mascotas insisten en que los perros callejeros al ser capturados sean esterilizados y puestos en libertad, además de que las mascotas con el cintillo de vacunación sean entregados a sus propietarios, aunque se advierte que en un tiempo perentorio debe procederse a la extrema medida de eutanasia, dada la cantidad de perros callejeros.
En pasados días una estadística de orden nacional, mostró cifras alarmantes de la existencia de perros callejeros y el registro de casos de rabia canina, con una mayor incidencia en el caso de Santa Cruz y la ciudad de Oruro en segundo lugar, lo que debe mover a las autoridades a disponer medidas radicales tratándose del cuidado de la integridad física y la vida de ciudadanos, erradicando la cantidad de estos animalitos sin dueño.
Hay la posibilidad de que se instale "una mesa de análisis" de la situación con la participación de las autoridades competentes, dirigentes vecinales y delegados de la organización de defensores de derechos animalistas, para establecer un acuerdo que defina encarar el problema de manera radical, pues debe ser comprendida la peligrosidad en que vive nuestra colectividad con miles de canes vagabundos que no sólo están en los barrios periféricos, sino que han ocupado calles y plazas de la ciudad, por donde el tránsito de personas se hace muy difícil tratando de esquivar las jaurías perrunas.
Se adelantan algunas sugerencias, como la de crear un impuesto por la tenencia de mascotas, regular la cantidad de estas por familia y responsabilizar a los dueños por ataque de perros a la ciudadanía, disponiendo además la eliminación de los perros callejeros. Se trata del cuidado de la salud humana, por encima de cualquier condición relacionada con la peligrosa existencia de perros sin dueño.
Es evidente que criar mascotas, perros y gatos, es un derecho ciudadano que sin embargo implica el cumplimiento de responsabilidades que garanticen la seguridad de terceras personas, más aún si existen brotes de rabia que pueden convertirse en epidemias que afecten la salud y hasta la vida de pobladores.
Fuente: LA PATRIA
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