Quiero tratar mi acné

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

El acné es una de las enfermedades más comunes de la piel, afecta a jóvenes y adultos de ambos sexos y hoy en día incluso a niños. Se caracteriza por la presencia de granos en diferentes formas y fases en el cuerpo, principalmente en la cara. Aunque no es una enfermedad limitante, el tener esos molestos granos, manchas y cicatrices en la piel del rostro sí nos limita. Ya que generan inseguridad, baja autoestima, vergüenza y esto hace que nuestras actividades se vean afectadas.

El origen de esta enfermedad es una irregularidad hormonal llamada resistencia a la insulina, que puede haber predisposición o desarrollarse por una alimentación inadecuada en cuanto a azúcares y harinas refinadas. Otras irregularidades hormonales que estimulen a tener acné son en la pubertad, el embarazo, la lactancia, la menopausia, por el uso de productos químicos no acordes a nuestra piel y el estrés.

Entre las opciones de tratamiento en medicina estética están: antioxidación intravenosa mediante megadosis de vitamina C, alimentación adecuada a cada caso, microdermoabrasión mediante puntas de diamantes o peelings previa a la mesoterapia, y al plasma rico en plaquetas, luz pulsada intensa o láser frío para corregir imperfecciones y secuelas, subsición para secuelas más deformantes y rellenos de ácido hialurónico y grasa autóloga.

Los cuidados permanentes se centran en la alimentación, la protección solar y asistir prontamente en caso de recaídas o recidivas. Ya que ante cualquier desajuste hormonal el acné puede regresar nunca en la misma intensidad que antes.

Estos procedimientos son simples, convenientes y libres de reacciones adversas o complicaciones, ya que se son ambulatorios, el paciente retorna a sus actividades inmediatamente y no son dolorosos. Se pueden realizar desde que aparecen los primeros granitos o cuando ya existen secuelas.