Lunes 20 de noviembre de 2017
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Editorial y opiniones
Trabajo infantil: Manos pequeñas, grandes ingresos, empresarios y gobiernos inmorales
20 nov 2017
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
El objetivo de erradicar el trabajo infantil hasta el año 2025 pierde, lamentablemente, para los espíritus sensibles, fuerza. La disminución del trabajo infantil avanza a empujones lastimeros, es decir, lento; en medio del crecimiento sin precedentes de la migración y el desplazamiento por guerras y circunstancias intolerables que son forzosas y empeoran la situación.
La agenda mundial de trabajo sostenible es la que promueve el trabajo digno y decente que, por ello y su significación, los trabajos infantiles deberían quedar erradicados en todas sus formas. Recién, los empresarios, algunos extraordinariamente indecentes y codiciosos, además de inmorales, reconocen que la agricultura concentra en el mundo la mayor parte del trabajo infantil; realidad que se inserta en el oriente de nuestro país, aunque los beneficiarios de esas manitas pequeñas y generosas, lo nieguen. Asimismo, en nuestro país la minería concentra la mayor parte del trabajo infantil, y dolorosamente debemos citar el sexo infantil obligado por monstruos proxenetas, que cierra la estadística.
Los gobiernos deben tomar seriamente en consideración que pasarán al escarnio de la historia, que es inmisericorde en sus establecimientos definitivos de los hechos, entonces, para no merecer tan indeleble juzgamiento, se deben rectificar estas situaciones porque no se puede abrigar esperanza para cualquier pueblo si no preserva a la niñez y no se la cuida, mima, ama, educa y la orienta por las virtudes; observando prolija y diligentemente que el crecimiento biológico, intelectual y de interrelación de un ser humano en formación es inviolable en sus etapas.