Miercoles 15 de noviembre de 2017

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El narcotráfico procedente de Bolivia es el tema dominante en las agendas de los países vecinos.
El debate de los candidatos chilenos a la presidencia dedicó la mayor parte del tiempo a las ideas sobre la forma de encarar este desafío.
El gobierno argentino avanza en el propósito de poner fin al ingreso de la droga boliviana a Jujuy, Salta, Tucumán y Santa Fe.
Y el gobierno brasileño decidió movilizar a 3.500 soldados, respaldados por buques de la marina, para frenar la corriente de droga que llega a Río de Janeiro.
Mientras tanto, el presidente de Bolivia festejaba un fallo del Tribunal Constitucional que consolida la ley que él hizo aprobar en el parlamento para legalizar los cultivos de coca del Chapare, aquellos que se destinan exclusivamente al narcotráfico.
El gobierno chileno llegó a proponer a Bolivia un trato casi deshonesto: frenar el ingreso de ropa usada desde Iquique a cambio de que se haga un control más eficiente del tráfico de drogas bolivianas.
La agenda de la reunión Morales-Macri fue demorada durante varias semanas, porque la delegación argentina quería que el gobierno boliviano se comprometiera a poner frenos a la producción y al tráfico de drogas.