Caótico comercio callejero

El problema del comercio callejero es un hecho que complica las gestiones de varios alcaldes de ciudades capitales del país, pues el crecimiento de este modo de sobrevivencia (social) ocasiona desfases en función a los planes que tiene cada municipio para permitir el asentamiento de comerciantes en las calles.

En algunas ciudades el problema se ha solucionado parcialmente con la construcción o ampliación de más centros de abasto, mercados ubicados en las zonas de conflicto, que han reducido el asentamiento de comercio informal en las calles.

En nuestro caso, específicamente, el asunto hace tiempo que ha rebasado las limitadas posibilidades de ejercer control sobre un implacable comercio informal que no respeta las regulaciones, que además son tan simples y débiles, que muy fácilmente se convierten más en parte de negocio para el municipio o funcionarios del mismo que cobran el "impuesto de sitio" que permite el crecimiento desmedido de ese comercio irregular que altera la convivencia pacífica y ordenada de nuestra colectividad.

Cuando en el interior se habla de comercio, Oruro es la plaza reconocida para la convergencia de comerciantes de todo el país que ya saben de las condiciones favorables que hay para mover un importante negocio que entre otras cosas, se nutre del contrabando, no tributa, distribuye mercadería y artefactos al por mayor y menor y ha convertido a la ciudad en un típico mercado persa.

La falta de autoridad, la ausencia de planificación, el incumplimiento de promesas a la ciudadanía son parte de un proceso caótico y rutinario que se observa en las calles de Oruro. No hay avances en definir la ubicación de un campo ferial y mientras tanto, se autoriza por temporadas el uso de varias cuadras para que se ubiquen comerciantes alterando totalmente el tráfico de vehículos y peatones.

El proyecto del Mercado Central no avanzó absolutamente nada en la presente gestión a poco más de un mes para su culminación, pese a que por las razones expuestas y muchas otras consideraciones el Mercado Central sería parte importante de la solución para dejar libres aceras y calzadas de muchas calles mostrando una ciudad organizada, en la que amas de casa especialmente y toda la ciudadanía puedan transitar con seguridad y comodidad.

Los predios dispuestos para el Mercado Central ya deberían estar limpios y en condiciones de entrega para desarrollar el emprendimiento, sin embargo, todavía hay instalaciones aduaneras no desocupadas, Tránsito sigue en parte de esos lotes y hay una cantidad de casetas cerradas de comerciantes que están en las aceras y calzadas de calles próxima, algo inaudito que no debería mantenerse por más tiempo si se aplicaran medidas responsables y soluciones prácticas a este problema caótico que generan los comerciantes irregulares, a los que por razones no aclaradas y que deben ser investigadas el municipio tolera la presencia de un inaudito comercio informal.

Fuente: LA PATRIA