Impacto de bebidas gaseosas sobre los dientes

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Cada vez más, los jóvenes adultos, e incluso los niños, presentan lesiones dentales producidas por bebidas gaseosas de alto contenido ácido. Los refrescos son muy criticados por su contenido en azúcar, cafeína y otras sustancias no siempre identificadas, pero, además, son particularmente ácidas. Consumidas a diario de manera regular ataca los dientes, que pierden el esmalte y se sensibilizan. De hecho, el esmalte dental se considera la sustancia mineral más dura del cuerpo, aún más que los huesos, pero su dureza no la hace inmune a los ácidos diarios que se crean con ciertas comidas y bebidas.

La erosión dental causada por gaseosas, es la pérdida de sustancia dental no cariada, inducida por impacto directo de ácidos exógenos, que puede ser grave en algunos grupos. La erosión afecta con cambios en la apariencia y en la pérdida de función de los dientes y manifestación de la hipersensibilidad, si la dentina está expuesta. Si alcanza una etapa avanzada, son necesarias terapias restauradoras de alta complejidad para el odontólogo. Los defectos iniciales y moderados pueden tratarse con técnicas mínimamente invasivas, por tanto, un objetivo importante debe ser diagnosticar la erosión dental en una etapa temprana y garantizar la longevidad de la dentición.

Ahora bien, todas las bebidas gaseosas son ácidas. Los dientes comienzan a desmineralizarse cuando presentan un pH inferior a 5,5. Los refrescos, las bebidas energizantes, los tés fríos, los zumos de fruta, el vino y la cerveza tienen un pH comprendido entre el 2,5 a 4,5 (este margen es muy acido) aunque el sentido del gusto no lo perciba. El azúcar, contenido en la mayoría de esas bebidas, agrava el problema, ya que las bacterias responsables de las caries lo transforman en ácidos.

Pese a todo, es normal que los dientes estén en contacto con bebidas o alimentos ácidos. Es una cuestión de proporción. La acidez del producto, su capacidad de ser neutralizado por la saliva y, sobre todo, el modo en que se consume son factores que también cuentan. Actualmente sin embargo, el consumo de refrescos y otros productos ácidos comienza desde la infancia y se extiende conforme pasan los años y durante la adolescencia el consumo puede llegar a ser preocupante.

Por lo tanto, debemos controlar la ingesta de bebidas gaseosas porque los más afectados son los más pequeños, y reemplazarlo principalmente por agua o bebidas lácteas. Tener en cuenta las siguientes medidas para contrarrestar los efectos de estas bebidas en la salud bucal: 1. Tratar de consumirlas con sorbete y principalmente entre comidas para disminuir la acidez, 2.Después de ingerir una bebida gaseosa se debe enjuagar la boca con abundante agua y evitar el cepillado inmediato para no esparcir los ácidos de la bebida 3. Fortalecer el cepillado con el uso de pastas dentales fluoradas, 4. Realizar controles y limpieza dental de manera periódica.