"La fiesta equivale al advenimiento de las almas de nuestros seres queridos que han fallecido, se los recibe en el mediodÃa del 1 de noviembre y se los despide el 2 de noviembre", refirió ElÃas.
Masas preparadas con formas de sol, caballos, escaleras, luna, que tienen un significado determinado, como la ayuda para que retornen al cielo, entre otras, pero no puede faltar las kispiñas, maicillos y bizcochuelos, que poco a poco se fueron sumando al armado de las "tumbas", además que los familiares ponen en la mesa elementos que han sido del gusto del difunto, golosinas, comidas, bebidas, hasta atuendos, que muchas veces y sin motivo alguno es imitado por otras familias.
Los "urpus" en forma de burros o caballos según las tradiciones, son los que ayudan a las almas a llegar al cielo, otras tienen la forma de sol o luna para que alumbren a las personas que deben recorrer este camino, además de una escalera que, según las creencias, sirve a las almas para llegar hasta el cielo.
Grupos de niños y adolescentes, con bolsas grandes o en otrora "saquillos" caminaban por las calles de la ciudad, buscando en todos los hogares donde armaron nuevas "tumbas", al concluir el rezo de rigor, todos empezaban a cantar diferentes estribillos, que ponÃan un matiz tradicional a la fiesta de Todos Santos, pero que lamentablemente se está perdiendo.
Pero en Bolivia es una tradición que se afirma cada año con más fuerza, sin ningún significado fuerte, sino, el disfrazarse y caminar por las calles pidiendo "dulce o truco", que tampoco es lo que se cumple en todas las ciudades de Bolivia.
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