Loading...
Invitado


Viernes 27 de octubre de 2017

Portada Principal
Viernes 27 de octubre de 2017
ver hoy
Su obra empezó en Oruro
Vaticano aprobó canonización de la beata Nazaria Ignacia
Pág 1 
Un cajero automático "fantasma" fue la clave para el desfalco de Juan Pari
Pág 1 
Durante el primer semestre
Oruro y Chuquisaca registran mayor crecimiento de conexiones a internet
Pág 1 
Reclamo de vecinos pone en duda entrega del paso a desnivel de la "Villarroel"
Pág 1 
A través de un sorteo electrónico digitalizado
TEDO designó a 9.246 jurados de mesa para las Elecciones Judiciales 2017
Pág 2 
Gobernador ratifica que Oruro será parte del Corredor Ferroviario Bioceánico
Pág 2 
En el mercado Campero
Venta de fruta es realizada en pésimas condiciones de higiene
Pág 2 
En la zona Norte
Sancionan tres panaderías por falta de higiene y documentación
Pág 2 
En el colegio Aniceto Arce
Bolmun-Ar inauguró sesiones en búsqueda de cambiar el mundo con propuestas
Pág 2 
En 10 años el consumo de leche se incrementó de 28 a 63 litros por persona
Pág 2 
Con la recepción de formularios
Cierran la primera etapa de preinscripciones escolares
Pág 3 
Control Social
Autoridades no tienen intención de solucionar el problema del comercio
Pág 3 
De enero a septiembre:
Policlínico "10 de Febrero" captó 1.605 enfermos renales crónicos
Pág 3 
"Con salud todo es posible": Una manera de incentivar la actividad física
Pág 3 
Coteor anuncia amnistía para regularización y actualización de registro de socios
Pág 3 
Proyecto de ley del Carnaval será sujeto a modificaciones para su aprobación en pleno
Pág 3 
Editorial
Ahora también muebles chinos
Pág 4 
Picadas
Pág 4 
El contenido de vida
Pág 4 
Una oportunidad para mostrar nuestro agradecimiento
Pág 4 
Informe económico obligación de gobernantes
Pág 4 
Caso desfalco
Astrólogo revela cómo abogado lo acusó de embrujar para ocultar el desfalco
Pág 5 
Exportación de urea a Brasil tropieza con tarifa de tren
Pág 5 
OIT:
Bolivia es el único país donde las trabajadoras del hogar no acceden a un seguro de salud
Pág 5 
Sólo para la primera cuota:
Coteor reservó Bs. 400 mil para pagar asistencia social gestión 2017
Pág 5 
Magisterio orureño denuncia agresión en congreso de Mumanal
Pág 5 
Daño económico a entidades financieras
Guillén señala que desde 2006 los bancos reportaron a 586 "ladrones"
Pág 5 
Ramos a senador Ortiz: No hemos pagado ni un centavo
Pág 6 
TSE eligió a 181.860 jurados para elecciones judiciales
Pág 6 
Sociales
Pág 6 
Francia devuelve a Egipto ocho antigüedades de más de 3.000 años
Pág 6 
En La Paz
Reportan una "epidemia explosiva" de paperas
Pág 6 
Bandas comprometidas con el Carnaval de Oruro 2018
Pág 7 
Bandas estudiantiles de Oruro son las mejores de Bolivia
Pág 7 
"Orureños de corazón" refleja el orgullo de nacer en esta tierra
Pág 7 
El Cementerio General como un atractivo turístico
Pág 7 
Ganadores del concurso interno del ISBA expusieron su talento
Pág 7 
"Matilda", un estreno a prueba de bomba
Pág 7 
Novia de Pari confiesa que recibía pensión, viajes aéreos en BoA, y hospedajes de lujo
Pág 8 
Ni dos jefes inmediatos de Pari ni las auditorías alertaron sobre el desfalco
Pág 8 
ASFI revela que auditoría externa al Banco Unión fue realizada por una firma autorizada
Pág 8 
Caso Banco Unión
Gobierno señala que celulares se perdieron de la Fiscalía
Pág 8 
Evo Morales: "No es milagro" el crecimiento económico de Bolivia
Pág 8 
Editorial y opiniones

Una oportunidad para mostrar nuestro agradecimiento

27 oct 2017

José Luis Bolívar Aparicio

De esas cositas que se graban en la memoria a fuego y que son imborrables, tengo un episodio, al cual lo conservo con lujo de detalles, pese a que el mismo pertenece a mi primera infancia.

Debido a que mi madre debió, como cabeza de familia, dedicarse al trabajo y al estudio con tesón y una dedicación casi religiosa, debió hacer enormes sacrificios, entre ellos olvidarse de su propia vida y como consecuencia seguida, dejar a su madre la crianza de su único hijo que era yo.

Para fortuna de ella y por supuesto mía, en mejores manos no podría haberme dejado y no es que mi abuela era la reencarnación de la Virgen María ni mucho menos, con el tiempo me enteré de historias que la hacían tan humana como cualquiera con enormes virtudes y defectos, pero que descargó en sus dos nietos (mi primo Tomío me llevaba apenas 6 meses de diferencia por lo que ambos nos criamos como dos hermanos gemelos) todo el amor posible de dar.

Sin embargo quien se quedaba casi todo el tiempo con ella y absorbía gran parte de su tiempo era yo. De tal manera que colgado de la mano, calle arriba y calle abajo, abuela y nieto se hicieron uno solo y mi amor y dependencia por ella crecieron a medida que pasaba el tiempo hasta que en mi cabeza de infante había un temor permanente que me afligía cada día.

No tengo idea cabal del porqué de ese tormento, pero me afligía que mi abuelita se muera y me deje abandonado.

Durante el mes de junio se celebran las fiestas de San Pedro y San Pablo y en la ciudad de La Paz, en el barrio de este nombre justamente, se lleva a cabo una feria muy grande, donde aparte de las fiestas, los bailes, los prestes y la comida, una de sus principales características, es que se reúnen todo tipo de videntes para leer la suerte de los transeúntes, quienes con la esperanza de que les digan lo que quieren oír, se aproximan a los yatiris, chamanes, amautas y todo tipo de personas que artilugios mediante, le hacen creer a uno que pueden pronosticar el futuro.

Plomo derretido, café, cerveza, coca, tabaco, naipes, wayrurus y una interminable cantidad de lo que sea, le sirve a estos comerciantes de la fe, como instrumentos para que quien le tenga más confianza a la suerte que a sus propios recursos, pueda como dije antes, escuchar lo que quiere y no lo que necesita oír.

Aquel soleado día (seguramente era domingo porque estábamos todos juntos paseando por la plaza Sucre), mi abuela reparó frente a una especie de caja que tenía enjaulados unos pajarillos y encima de todo a un monito ataviado con un traje de charro mejicano. Estoy hablando de los primeros años de la década de los 70, en aquellos tiempos no existían los discursos de protección a los animales tan recurrentes el día de hoy, por lo que un cuadro como ese era bastante común. Si hoy viera un ave enjaulada seguramente ni me acercaría y hasta lo denunciaría.

En negocio consistía en que la persona interesada se acercaba al dueño de la cajita le decía su nombre y fecha de nacimiento, el mensaje le llegaba al mono o a los pajaritos y estos bichos muy hábilmente sacaban un papelito, donde estaba descrita la suerte del iluso transeúnte.

No podía haber algo más trucho que semejante estafa, pero en aquellos tiempos ese tipo de cosas se vendían, y la gente le tenía fe a esas cositas, por lo que no sólo a mi abuela le sacaron el papelito sino que el mono estuvo muy ajetreado distribuyendo fortuna a casi toda mi familia.

Y es ahí donde cae mi anécdota, lo primero que le pregunté a mi abuela era ¿cuándo te vas a morir?

Felizmente ella y quienes me oyeron sólo rieron ante mi indiscreta curiosidad y no pasaron del comentario, indicando que aún faltaba mucho para ello, con lo que aliviaron no mis dudas sino mi angustia de que ella me falte.

Gracias a Dios, en sus planes estaba que ella guíe mi vida por muchos años más y no sólo me educó más tiempo, sino que acompañó mi existir hasta que cumplí los 34 años, tiempo en el que la vi partir mucho más tranquilo, pues su misión para conmigo había sido cubierta en demasía y sabía que merecía descansar.

La lloré un momento, como se llora cualquier ausencia dolorosa, pero más que ello estuve muy agradecido con la vida de haber tenido la suerte de contar con semejante maestra espiritual.

Y es que su tarea permanente conmigo estuvo abocada justamente a ello. Mi abuela apenas había cursado básico en el Colegio Santa Ana y mucha ciencia no me podía impartir, pero en cambio me inculcó valores, muchos de ellos, solidos como una roca que los mantengo hasta el día de hoy.

Su amor y respeto por Dios y todos los dogmas de la fe católica me fueron integrados en el alma uno a uno, con mucho amor dedicación y las explicaciones que a un infante no se le borran nunca más, y eso, por ejemplo, me tiene aferrado a mi amor por el Creador ante cualquier circunstancia, aun siendo escéptico como lo soy tantas veces.

El amor por la familia, el respeto a la gente mayor, los modales en la mesa y la higiene también me los ha escrito a fuego en la mente y su disciplina alemana a la que lastimosamente no pude hacer tanto caso.

Una de estas enseñanzas que guardo y trato de conservar en casa para que nunca desaparezca de mi vida, es la fiesta de Todos los Santos.

Aferrada como era a las creencias populares, tres ocasiones espirituales durante el año reinaban en su casa, la Noche Buena, donde se adoraba al Niño por casi tres horas sin parar, y donde el nacimiento del Creador era el auténtico centro de la fiesta y no así los regalos. La Semana Santa, donde había cuatro días de recogimiento espiritual absoluto, con una solemnidad, que a uno le hacían sentir en la médula la muerte del Salvador. Y por último la llegada de los difuntos, para quienes había tal dedicación en esa jornada, que su presencia en la casa, hasta se podía sentir.

Mentiría si dijera que en casa de mi abuela se hacía un enorme altar, con masas por docenas y enormes cañas de azúcar y muchas velas y toda la parafernalia que acompaña muchas mesas de devotos que atraen hasta las visitas de la prensa.

En casa no, una pequeña mesa redonda, era cubierta por un mantel blanco, sobre él un velo negro y dos candeleros pequeños era todo el ornamento para ese mueble.

Un par de bizcochuelos, algunos suspiros y maicillos, una copa de vino tinto, un vaso de agua y desde que se fue su amigo Alberto un vaso de cerveza, era todo lo que se posaba sobre la mesa donde las fotos de nuestros deudos se colocaban al medio día del primero de noviembre.

Es decir, a esta reunión familiar (nadie podía faltar a la hora en que llegaban las almas), no le daba esencia la cantidad de cosas que se ofrecían a los que llegaban, sino era el respeto y profundo amor que sentíamos por ellos.

Las velas no podían dejar de arder y las oraciones tenían que ser permanentes para hacerlos sentir bienvenidos, pues, la razón de este día no era en sí compartir con los muertos, sino festejar la gratitud, hacerles saber que gracias a ellos estábamos ahí y que todo lo que nos supieron dar, había sido bien invertido en nuestras vidas.

Ahora que se acerca el día de los muertos, y que está tan opacado por lo comercial del Halloween, quienes puedan deberían tratar de inculcar a los más pequeños, los valores de nuestras tradiciones para que las celebraciones no sean exclusivas sino equilibradas.

(*) Paceño, stronguista y liberal

Para tus amigos: