Hoy, como nunca, existen herramientas tecnológicas que deberÃan suministrar respuestas a las necesidades actuales, y las ideas nuevas necesitan ser puestas a prueba, pero nunca hipostasiarlas por el hecho de ser nuevas. Las modas son peligrosas, pues algunos inconscientes piensan que basta con derribar los tabiques divisorios de las aulas, modificar la disposición de los pupitres, suplantar los libros por los "papers" norteamericanos, y no faltan los que propugnan eliminar las clases, reducir los tiempos de lectura, suprimir los exámenes o evaluaciones porque no mejoran la educación y terminan con el sistema tradicional.
Lo razonable serÃa incorporar casi inmediatamente los logros intelectuales de otras culturas, pues es un avance, ampliar el campo de los saberes, considerando sus lÃmites, y tener en cuenta que el pasado sirve para interpelar el presente. El internet es imposible de ignorar porque proyecta el futuro, pero no se debe caer en la ingenuidad de su pureza y fiabilidad, pues el internet está controlado por megaempresas, y esta realidad es un gravÃsimo problema debido a que desnuda una superlativa incógnita sobre la gestión polÃtica del conocimiento en las sociedades de información.
Es evidente que existe hiperinformacion que produce un estreñimiento constante (expresión coloquial) informático, que intoxica el pensamiento; otros afirman lo contrario, y que la sociedad sigue desinformada pese a esa montaña de noticias.
* Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas - Abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior. Conciliación y Arbitraje, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa, escritor.
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