Hay necesidad de establecer una eficiente política productiva minera

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Mientras no se defina una política de eficiencia productiva para nuestra minería, este importante rubro generador de divisas y regalías para el país y las regiones simplemente seguirá en un proceso rutinario de "escarbar" el saldo de concentrados mineros en las minas estatales, algunas cuya riqueza proviene del tiempo de la colonia y todavía constituyen parte de la reserva que hace posible la etapa activa de los centros productivos del Estado, algunos mejor que otros, pero en realidad todos en la línea de explotación terminal que puede prolongarse por algunos años, pero que obliga a las autoridades a pensar seriamente en la renovación de los yacimientos mineros.

Está claramente establecida la necesidad de impulsar la metalurgia, como paso importante en la industrialización de todos los concentrados que producimos para vender metales con valor agregado y aprovechar al máximo el contenido mineralógico de nuestros concentrados.

Pero el asunto no es tan simple, pues lo que se necesita es el diseño de una política minera global, estructuralmente programada para "reactivar" el modelo actual y establecer un cronograma técnico que se inicie en la prospección y exploración de nuevos yacimientos, etapa que demandará cierto tiempo y un importante respaldo financiero, repitiendo aquello de que la minería, para ser proyecto rendidor, necesita tiempo y dinero, pero algo imprescindible, el asesoramiento de profesionales en la materia.

No se mencionan nuevos proyectos, ni siquiera se impulsa el que quedó con cierta certificación de utilidad en Mallku Khota, no hay otros y eso es realmente preocupante, si consideramos que ha transcurrido bastante tiempo sin que existan resultados positivos en materia de nuevos emprendimientos.

Los millonarios proyectos estratégicos, del litio en los salares de Uyuni y Coipasa, o el que comenzará posiblemente en ésta gestión en el Mutún, son parte del cumplimiento de varios intentos y la necesidad de activarlos como resultado de la necesidad imperiosa de entrar en la competencia internacional, teniendo "en las manos" las reconocidas reservas de litio y de hierro, que no podían mantenerse por más tiempo como "riquezas dormidas".

Lo que está en duda es la sostenibilidad de la que conocemos como minería tradicional, pero también su renovación y en esa línea la habilitación de nuevos yacimientos para fortalecer la explotación de nuestros recursos mineros, con programas racionales y que respondan a iniciativas de alta inversión y resultados de igual rendimiento, para lo que debe estructurarse planes de atracción de inversiones, de modo que se asegure el movimiento de una nueva minería en diferentes espacios ubicados en la amplia geografía de nuestro territorio.

Se pierde mucho tiempo en asumir responsabilidades que conlleven soluciones estructurales en materia de minería y metalurgia. Hasta el momento lo que se hace es difusión de inversiones que siendo de alguna importancia no solucionan el letargo minero en que nos encontramos, eso significa mantener la minería en su rutina de sobrevivencia, cuando lo que se necesita son programas delineados para acometer proyectos mineros de futura rentabilidad y correcta proporción utilitaria para el país, en su caso para inversionistas, y la parte que corresponde a las comunidades donde se desarrollan las actividades mineras.

En criterio de algunos analistas, especialistas en materia minera, como en la opinión de dirigentes mineros, lo que falta son decisiones de nivel superior, llámese Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), para ordenar el trabajo en comisiones de alto nivel sobre la reestructuración de la Comibol y sus renovados lineamientos que respondan a la decantada política mino metalúrgica del país. Ese proceso conlleva además una buena dosis de voluntad política para facilitar los elementos que hagan posible su estructuración y ejecuten las necesarias innovaciones en una Ley que no funciona, que le falta reglamento, que carece de una adecuada escala tributaria y que debe establecer seguridad jurídica para atraer y garantizar futuras inversiones.

Esos son los temas en los que se debe trabajar con urgencia, sin más pérdida de tiempo en una pretendida "refundación" de una empresa que debe ser reestructurada y adecuada a las exigencias de una minería moderna en el país.

Un detalle considerado importante, en visión de los entendidos, es que deberá estudiarse modificaciones en algunos artículos de la Constitución Política del Estado (CPE), relacionados con "los recursos naturales que son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible del pueblo boliviano y corresponderá al Estado su administración en función del interés colectivo". Se considera que a través de la Ley 535 y su reglamento se pueden lograr las modificaciones que hagan viable, abrir espacios a las inversiones, sin perder en ningún caso el control de los recursos mineros. Esta debería ser otra tarea de responsabilidad para las autoridades ligadas directamente a la situación de la minería nacional.

Fuente: LA PATRIA