Viernes 20 de octubre de 2017
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El tema de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), es algo que deberÃa resolverse en tiempo perentorio, considerando que no es posible admitir que una "reestructuración institucional" no pueda cumplirse en más de dos años, sabiendo además que dicho organismo debe encarar el lineamiento y ejecución de la polÃtica minera nacional y su desarrollo.
Las altas responsabilidades de las autoridades del ramo para definir una nueva alternativa minero metalúrgica en el paÃs, no es cuestión de un directorio que responda a determinados intereses y mantenga la institución prácticamente inoperable por falta de una estrategia que debe encomendarse a un equipo superior de profesionales en la materia, para encarar lo que tanto se reclama, la "reactivación de la minerÃa".
En criterio de expertos, la posición de "refundar" la institución es un paso errado, implica todo un proceso burocrático y al final inútil, cuando lo urgente es dinamizar la reestructuración de la estatal minera, suponiéndose que en tanto tiempo algo se tuvo que avanzar, si asà no fuera, hay irresponsabilidad de ejecutivos y la necesidad de enmendar los errores y encarrilar el tratamiento de nuestra minerÃa y metalurgia para colocarla en el nivel competitivo que le corresponde frente a la competencia de los paÃses vecinos.
