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Jueves 19 de octubre de 2017

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Ecológico Kiswara

Editorial

Frenar para salvar una vida

19 oct 2017

Fuente: LA PATRIA

Las redes sociales se han convertido en lugares donde mucha gente aprovecha para expresar sus opiniones respecto a diferentes situaciones que se presentan en la vida, los activistas no son la excepción y las utilizan para reflexionar a las personas acerca del maltrato hacia los animales, atentados al medio ambiente y otros.

En una ocasión, un post pedía a los automovilistas que frenasen para no atropellar a animales que cruzan las carreteras o las calles, en especial a los canes, que son los que suelen ser víctimas habituales de este tipo de incidentes.

Como no podía ser de otra manera, las distintas respuestas no se hicieron esperar, muchas apoyaban la moción de los animalistas, pero hubo un comentario en especial que llamó la atención porque iba en contra de que los choferes frenaran para salvar la vida de un can, contó que una amiga suya había perdido la vida al hacerlo bruscamente para no atropellar a un perro que se cruzó intempestivamente, salvó la vida del animal pero ella falleció porque un automóvil que iba detrás de su carro colisionó con tal fuerza que la dejó herida de muerte.

El debate quedó servido y muchas personas opinaban en contra y otras a favor de que los conductores tuvieran precaución y frenaran para salvar la vida de los animales que no conocen de leyes y reglas de tránsito y se mueven según sus instintos.

En esa lógica, los humanos sí conocemos reglas, leyes y hemos inventado máquinas como los automóviles, por lo tanto estamos en la obligación de utilizarlas con responsabilidad, por eso existen límites de velocidad, prohibiciones y permisiones para no afectar la vida, no sólo de los animales, sino también de otras especies, sin dejar de lado a los mismos hombres.

Según la Biblia, Dios nos dio inteligencia para que domináramos el mundo por encima de otras especies, pero nunca dijo que teníamos autorización para matar nuestro mundo, para dañar y lastimar a otros seres vivos, por lo tanto, debemos hacer un alto en nuestra agitada vida y reflexionar un poco, no nos cuesta nada ir más despacio y frenar de vez en cuando para no afectar la vida de otro ser, menos cuando se trata de un animal que lo que nos enseña a los humanos no es más que lealtad y amor incondicional como son los perritos, que en muchos casos más que mascotas son nuestra familia.

Nadie quisiera ver a un ser querido sufrir o que por circunstancias de la vida tengan que abandonarnos, por eso, es bueno reflexionar al respecto y reducir la velocidad de nuestros coches para no quitar la vida de un ente que puede ser la mascota, la familia o la vida de alguna persona.

Fuente: LA PATRIA
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