Miercoles 18 de octubre de 2017
ver hoy
En la figura del Che hay dos personalidades distintas: la del guerrillero de Ã?ankahuazú y la de la ficción sublimada por la muerte. Respecto al primero, hay testimonios que respaldan la verdad histórica; en cuanto al otro, es sólo una alucinación fantástica; es la utopÃa de la patria grande frente al mosaico de paÃses aislados. Según de dónde lo vea, el Che puede ser un héroe o puede ser un invasor. Lo que fuere, a medio siglo aún fascina su aventura.
En realidad no vino a combatir; sólo querÃa instalar algo asà como una escuela para entrenar guerrilleros; los choques esporádicos eran parte de ese ejercicio: "en la lucha se aprende a luchar". Al ser descubiertos prematuramente, no tuvieron más opción que ponerse a la defensiva: "Ha sido un error. Nos descubrieron antes de tiempo". No tenÃan ningún plan de confrontación; hubiera sido además una audacia suicida. Dos mil boinaverdes perseguÃan a unos 40 guerrilleros. ¿Qué resultado se podÃa esperar? La que se conoce.
Hubo increÃbles errores. A un mes, ya estaban divididos; los grupos de vanguardia y retaguardia deambularon extraviados hasta el final. ¡Qué mal entrenamiento! Es lógico suponer que participaba gente comprometida. Y no parece ser asÃ: en Oruro se contrató a Hugo Choque Silva (Chingolo) para trabajar en una supuesta finca como empleado. Al ver la realidad, el canillita desertó y los militares le hicieron "cantar" todo. Después, guiados por aquel, recogieron de las cuevas todos los pertrechos: "Es el golpe más duro que nos hayan dado; alguien habló". La desarticulación de la guerrilla con los enlaces urbanos, marca el comienzo del fin.