Hacer referencia a este tema sin lugar a dudas despierta suspicacias entre quienes creen en la necesidad de seguir reglas estrictas para el control del medio ambiente, mientras otros sectores se pronuncian por concientizar adecuadamente a la colectividad para que cumpla ciertas metas de control ambiental que favorezcan a un modo de vida sin peligros de contaminación.
Hace años atrás la vida comunitaria estaba separada por una línea muy clara de las condiciones específicamente ambientales y los cuidados mayores tenían relación con los grandes experimentos químicos o los de orden bélico, en tanto que el cuidado de la naturaleza estaba librada al criterio de los ciudadanos naturales de cada región, los colonos, los agricultores y más adelante los mineros tradicionales, estos últimos cuando todavía no utilizaban productos químicos para mejorar la calidad de sus metales.
Con el avance de la tecnología las cosas se han complicando, aunque así no quieran reconocer los promotores de ese proceso que se convierte en uno de los muchos factores cómplices de una realidad que las nuevas generaciones la reciben, la sienten y tienen que luchar contra su efecto depredador si no asumen responsabilidades precisas para cuidar los elementos naturales más importantes como el aire y el agua.
La vida y la salud dependen para su bienestar de un conjunto de medidas que eliminen la contaminación producida por el avance de la tecnología, que resguarden la vida y el ambiente para garantizar -aunque parezca exagerado- la continuación de la especie humana y de todo el entorno natural que rodea cualquier núcleo con signos de vitalidad.
Lo principal es cuidar el agua y el aire, agua limpia y potable que sea utilizada desde sus fuentes en los nevados, los ríos, arroyos, algunos lagos para el consumo humano y de la especie animal, también para el riego y para los fines relacionados con el avance de la ciencia especialmente en el ramo médico.
Ahora bien, todos los factores delineados en la globalidad del concepto de cuidado del medio ambiente deben respetarse y mantenerse limpios, como el aire que hasta hace tiempo atrás podía respirarse sin peligro y que en la actualidad es tan peligroso como cualquier otro factor negativo que atenta contra la vida.
El gran problema de la contaminación es reciente, proviene de algunas décadas atrás cuando efectos nocivos y perjudiciales comenzaron a enturbiar las aguas limpias por un lado y alterar el aire limpio por otro, afectando seriamente el ecosistema y poniendo en riesgo la salud de seres vivientes y naturales.
Frente a este hecho del tiempo actual y cuando han surgido muchas organizaciones defensoras del medio ambiente, lo más importante es impulsar una corriente generalizada en la población para que cuide su vida, para que rechace lo malo y tome conciencia de una realidad que sólo puede combatirse con disciplina y voluntad para coadyuvar en la mitigación y luego en la anulación de todas las fuentes contaminantes, pero en armonía plena y natural con el necesario e ineludible uso de los recursos naturales.
Este día declarado como el Día Mundial del Medio Ambiente tiene que servir para revitalizar la voluntad ciudadana, en el cuidado de su vida y su bienestar, por encima de algunos movimientos que a nombre del medio ambiente satanizan las prioridades de sustento en base a la productividad que a su vez y coincidentemente son también fuente de vida y esperanza.
Fuente: LA PATRIA
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